El Plan |•| Shin Soukoku |•|

Prólogo

Era un día fresco esa mañana en las calles de Yokohama, y Atsushi Nakajima iba a la escuela en esos inicios de Abril. Usaba su uniforme escolar de siempre.

Iba a paso rápido y se fue ligeramente más temprano que de costumbre con la esperanza de no cruzarse con "el".

¿Quién era? Nada más ni nada menos que la persona que proclamó como su enemigo y rival: Ryūnosuke Akutagawa.

La escuela a la que iban era la prestigiosa Secundaria y Preparatoria Bungou Stray Dogs.

O al menos así le decían todos.

Realmente su nombre no era ese, pero lo llamaban así y nadie se molestó en corregir a las personas, nadie sabe cuál era su nombre original, seguro ni siquiera el director, ya que ese nombre rondaba desde hace mucho tiempo.

El territorio tenía tres edificios, el edifico principal que estaba en el medio y a sus lados otros dos más pequeños, esto era con la intención de separar a los de la secundaria y la preparatoria en sus clases comunes, ya que el comedor, las oficinas y los clubs estaban en el edificio principal, detrás de la escuela había un gran campo abierto que servía para las clases de Deportes y los de los clubs deportivos, tenía canchas de todo tipo, de básquetbol, béisbol, voleibol, fútbol, tennis, una pista de carreras y hasta una piscina de natación.

Atsushi ese año entraba al tercer año de secundaria, esperaba no cruzarse con Akutagawa que entro a preparatoria al ser un año mayor que el. Al estar en dos edificios diferentes esperaba no verlo en clases, a lo mucho en los recreos y la salida, su plan era irse muy temprano y así no cruzarse con el a la hora de la entrada.

¿La razón de que lo odiara tanto? Era que ambos competían por la atención y aprobación de Dazai.

Dazai era un genio, una leyenda en la escuela, era extremadamente listo y también era guapo, a muchos los pasaba por alto, y su grupo de amigos, o en su defecto "discípulos", era muy reducido, por eso fue tan sorprendente para Atsushi cuando el año pasado, cuando recién había ingresado a la escuela, Dazai se lo llevará a la mesa donde el y su grupo se sentaban a la hora del almuerzo. Más bien fue casi un secuestro ya que Atsushi ni pudo ir por su comida porque Dazai ya lo arrastraba por todo el comedor, pero aún así se lo agradecía enormemente, ya que gracias a eso tenía los mejores amigos que podría desear.

Sin embargo, según le contó Naomi, esa era la razón por la cual Akutagawa le tenía tanto odio, según sus "fuentes" Akutagawa había intentado impresionar y obtener la aprobación de Dazai desde el primer año cuando lo conoció, tal parecía que se juntaban ocasionalmente, más nunca lo felicito, nunca lo invito a su mesa, nunca lo había considerado un amigo. El que Dazai hubiera elegido a Atsushi con solo llegar por encima de el le había enfurecido mucho, aunque todo eso Atsushi ya se lo imaginaba, solo con ver la mirada de odio y rencor que le dirigía le bastaba para comprobar lo que Naomi le había dicho.

No pensaba que estuviera mal, de hecho el mismo intentaba obtener la aprobación de Dazai igualmente, le molestaba la forma en que se comportaba Akutagawa, por eso siempre que se veían peleaban, no podían dirigirse el uno al otro sin que hubiera gritos e insultos de por medio, en especial cuando Dazai estaba cerca.

El era el único capaz de calmarlos, pero no siempre ocurría, por esa misma razón ambos habían ido más de una vez a la oficina del director con moretones y la ropa desarreglada por haber llegado al punto en que se peleaban a puño limpio.

El que Akutagawa fuera a Preparatoria era a la vez bueno y malo para Atsushi. Bueno porque ya era muy poco probable verlo en todo el día. Malo porque ahora el tendría más oportunidades de estar con Dazai, que cursaba tercer semestre en preparatoria.

Con los pensamientos de como hacer para obtener la aprobación de Dazai en algo, llegó a la escuela, cruzaba el patio delantero que tenía césped y una fuente, veía como algunos alumnos llegaban, pero eran muy pocos, y se adentro en las instalaciones.

Había múltiples pasillos, varios pisos y cientos de puertas diferentes, pero Atsushi ya se sabía el camino hacia su aula.

Había ido temprano, ya que los primeros días noto que Akutagawa llegaba más o menos a la mismo hora que el, esos días terminaban gritándole el uno al otro en la entrada, llamaban mucho la atención y al final ambos salían regañados por llegar tarde a clases debido a que sus discusiones les llevaban varios minutos, entonces llego a la brillante conclusión de que, si el iba temprano no se cruzaría a Akutagawa que llegaría más tarde.

Ese era su plan, pero mientras cruzaba el edifico principal para llegar al de las clases que le tocaban vio a Akutagawa al otro lado, no sabía que hacia allí tan temprano, se le hacía aún menos coherente que estuviera saliendo del edifico de secundaria, sabía que no era estúpido y que no se habría equivocado, menos cuando ya ha tenido clases antes.

-Jinko-dijo con rencor en su voz.

-Akutagawa-respondió con el mismo tono Atsushi

Ambos se miraron unos segundos, cualquiera hubiera podido ver el gran desprecio que se tenían, la tensión era palpable y ambos parecían a punto de explotar.

Cómo ambos conservaban algo de sentido común no gritaron ni golpearon, se calmaron un poco como la gente civilizada que eran.

Claro que el día anterior Dazai les había pedido no pelear antes del recreo.

Se quedaron ahí parados unos segundos que les parecieron eternos, no hubieran reaccionado si no por una chica que se acercó por el edificio de la secundaria casi corriendo.

-¡Ryū!-llamo corriendo con un libro en la mano

La chica era algo baja y pálida, sus ojos eran grises y su cabello largo era negro como el de Akutagawa. Entonces el se volteo hacia ella.

-Se te había olvidado este libro-dijo ella entregándolo

-Gracias Gin-respondió de forma amable Akutagawa

Eso dejo ligeramente sorprendido a Atsushi, nunca creyó que la voz de Akutagawa pudiera escucharse amable. Claro que durante un año se habían estado gritando casi diario.

Atsushi aprovecho para irse, solo saludo con la cabeza a la chica y siguió su camino hasta su aula, con la esperanza de no tener más problemas por el resto del día.