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15 - Perdonando

—Jinko.

Me imagino que ya saben quién ha llamado a Atsushi.

—¿Si? —respondió Atsushi ya resignado porque no había forma de que Akutagawa le dijera su nombre—, ¿Pasa algo Ryūnosuke?

Se volteo y ambos quedaron de frente. Estaban en la acera, unas cuantas calles lejos de la escuela y en dirección a la casa de Atsushi.

—¿Acaso tú… —preguntó Akutagawa sabiendo que esa acusación podía ser algo fuerte, pero debía saber—… perdiste a propósito?

A Atsushi le tomó un par de segundos procesar las  palabras que le había dirigido Akutagawa. Eran tan insólitas que temió haber oído mal, pero no había error alguno.

—¿Cómo? Escucha, ¿Porque perdería a propósito? —dijo Atsushi poniéndose a la defensiva.

—Te vi despidiéndote del director Shibusawa.

Hubo unos hostiles segundos de silencio entre ellos dos. Ambos estaban pensando lo que irían a decir próximamente.

—¿Acaso no me puedo despedir de él?

—No en medio de la competencia más importante entre nuestras escuelas.

Atsushi estaba empezando a molestarse por cómo se estaba comportando Akutagawa.

—Tu no eres quien para decirme lo que hago.

—No, pero responde mi pregunta.

Atsushi se sentía muy ofendido y dolido.

—No, no he perdido a propósito —dijo ya muy enojado—. En verdad, ¿Crees que yo lo haría?

—¿Entonces porque te despediste de él?—Akutagawa quería callarse, pero las palabras salían sin consultar a su cabeza.

—¿Qué te importa?

—Me importa porque me importa nuestra escuela.

—¿Y tú crees que a mí no?

—¿Cómo sé que a ti sí?

De esta forma entre preguntas acusadoras y respuestas cada vez más mordaces se empezaron a gritar. Justo como antes de ser amigos.

—¡YA CALLATE RYŪNOSUKE! ¡¿CREES QUE YO DE VERDAD TRAICIONARIA A MI ESCUELA?!

—¡TU CALLATE JINKO! ¡YO SOLO QUIERO SABER PORQUE!

—¡SI EN VERDAD LO HUBIERAS QUERIDO NO HABRÍAS EMPEZADO ACUSANDOME DE PERDER A PROPÓSITO!—grito ya harto Atsushi, arrojándole su mochila en un impulso de callar a Akutagawa.

—¡TU DIME CÓMO SABER SI NO NOS VAS A TRAICIONAR POR ESE DIRECTOR!

Entonces se dio cuenta de que había pasado la raya. Atsushi lo miraba dolido y enojado. Sus ojos estaban vidriosos y parecían a punto de soltar las lágrimas que había estado guardándose para sí durante gran parte de la pelea. Akutagawa no se había dado cuenta en medio de su enojo y ahora se sentía mal. Entre tantas peleas que habían tenido y todo lo que llevaban de conocerse nunca había visto a Atsushi llorar. De hecho hasta entonces nadie lo había visto llorar.

—Si tanto crees que yo te podría traicionar a ti y a todos entonces no veo la necesidad de que nos sigamos juntando —dicho esto Atsushi se fue caminando lentamente hacia su casa. No recogió su mochila ni miró atrás, solo se fue.

Akutagawa pensó en darle su mochila ahí. No era lo mejor pero tampoco podía dejarla tirada en medio de la calle y que Atsushi fuera por ella quién sabe cuándo. Decidió llevársela consigo, luego Gin o alguien más podría dársela devuelta.