3 - Ejecutando el paso 1

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No tenía idea de cómo.

Solo sabía que ahora Atsushi estaba en su casa.

Bueno en realidad si sabia como, pero no quería aceptarlo.

Cuando el profesor dijo con quién le tocaba pensó que se iba a desmayar o que le iba a dar algo, en cambio solo se quedó tratando de procesar que tendría que trabajar en conjunto con el albino si no quería reprobar, ni siquiera recuerda una palabra de la última clase, pero estaba consciente de que a la hora de la salida el espero dos minutos a que salieran su hermana y su rival para arreglarse y hacer el proyecto.

Su hermana salió y se fue directo a casa, no preguntó, pero por la cara de su hermano sabía que era mejor
dejarlo un rato y luego, si el estaba listo, hablaría con ella en casa.

Atsushi salió con la misma cara de incredulidad de Akutagawa y ambos se pararon a un lado de la puerta principal por dónde aún salían estudiantes.

Los dos llamaban mucho la atención, se había filtrado la noticia de que los dos peores enemigos de la escuela debían hacer un trabajo juntos y que algún alumno era quien los había juntado. Ya todos esperaban el desastre de presentación que iban a tener el Lunes.

La tensión era notoria, pero ambos sabían lo que tenían que hacer.

—Jinko—dijo secamente Akutagawa.

—Akutagawa—respondió de la misma manera Atsushi.

Hubo un silencio incomodo durante un par de segundos, claramente ninguno quería eso.

—¿Te parece si hacemos el proyecto en mi casa?—pregunto con mucho esfuerzo Akutagawa.

—Claro

—¿Cuando?

—Hoy si te parece.

Entre ellos se entendían, a su manera claro, Akutagawa solo asintió y ambos fueron de camino a su casa para empezar con el proyecto y acabar lo más rápido posible.

Lo que ninguno de los dos sabía era que Dazai, la persona que tanto admiraban, era el responsable de la más reciente reforma en la escuela, tuvo que usar todos sus dotes de persuación, todas la horas de clase, una hora extra intentándolo otra vez y dos cajitas de jugo de manzana, pero al final logro que el director accediera.

El estaba detrás de un arbusto cercano completamente escondido para escuchar la conversación de a quienes consideraba sus discípulos, su plan estaba llendo a la perfección.

Lamentablemente para el no pudo seguirlos, ya que tenía una cita con Chūya esa tarde, tenía que cambiarse el uniforme. Se fue saltando como caperucita y tarareando su canción del suicidio, sabiendo que esos dos juntos serían geniales y teniendo altas expectativas sobre lo que presentarían el Lunes.

Volviendo al presente, los dos estaban en la sala de la casa de Akutagawa, había una mesa con una computadora encima y ambos estaban en sillones de lados opuestos.

Gin estaba en la cocina, debatiendo si lo correcto era mantenerse apartada o intervenir.

Por un lado, ahí se evitaba problemas, hacia la comida y la verdad es que le daba un poco de miedo la cara de los dos chicos, era como un campo minado, donde cualquier paso erróneo haría que todo explotara.

Por otro lado, les faltaba comunicación, si seguían así no iban a hacer nada y reprobarían, ella podía hacer de intermediario, sabía que ninguno era mala persona, solo que tenían sus roces.

Al final la moral de Gin ganó.

Dejo las cosas en la cocina y fue hacia ellos, se veían extremadamente tensos y ninguno parecía querer dar el paso inicial.

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