Extremely Fucked | Draco Malfoy | +18

Fifty-three

Pequeño deja vu.

Draco Malfoy Black.

Perdón.

Quería pedírselo porque ya no sabría que hacer justo ahora, solo deseaba rodearla con mis brazos y probar sus labios, me sentía tan cansado, abrumado, que ya no podría saber en donde estoy.

Solo sé que volver a casa será una de las pocas cosas que lograría hacer. A cuantos he hecho daño, tantas maldiciones que lancé pero ninguna se acercaba a la más letal.

Siento que me rindo, habían un veinte por ciento de probabilidades de volver, no podía moverme, mi brazo estaba atascado, sin poder sentirlo jadeé al intentar moverme de la cadera hacia abajo.

Estoy atrapado.

Ya no estaba luchando.

Talvez la guerra había acabado o sólo mis oídos dejaron de funcionar, no pasó más ruido por mis tímpanos cuando se escuchó el último estallo dejando un tip en mi cabeza, me encontraba derrotado.

Muchas personas murieron, junto a ellos habían pequeños cuerpecitos de niños que corrieron descalzos hasta salvarse, ninguno lo logró.

Me arrepentía.

De todo.

Prometí que volvería y no está siendo así.

Así que desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo decidí empezar a pedirle perdón a todos por si alguien podía escucharme, tenía que dejar tranquila mi conciencia.

Y no se me vino otra persona más que mi madre.

Joder.

Mamá, maldita sea, perdóname, yo no soy valiente ni fuerte como sueles llamarme, intentaba serlo pero ya no, estoy rendido, no voy a regresar si me lo pides, ni siquiera puedo pensar con claridad u ordenar mis ideas.

Sé que sabias que era mejor que mi padre, pero talvez he sido igual de bastado e idiota al no cumplir mis promesas, un asco.

Alguien se acerca, puedo sentir en boteo de sus zapatos, unos pasos que me recordaron a Jean cuando intentaba alejarse de la entrada de la casa hacia las platas, tenía una ligera obsecion con ese lirio que le di.

Era más pequeña pero sin duda astuta, solo lo ha mejorado, también se a la perfección atrapar mentiras, te fija y no te deja hasta que te sueltes con la verdad.

Una hermana, siempre quise alguien con quien compartir algo, como libros o cualquier otra cosa. Canis, su madre, la trajo un día a los tres años, puedo recordarla caminando a todos lados tocando cada cosa de la mansión hasta que tenía que bajar a saludar y la vi meterse tres galletas de mi madre a la boca, dije que la causaría.

Ese engendro me supo manipular diciendo que vio el cuadro roto de la pared junto a mi cuarto y que se lo diría a mi madre.

Claro, en ese entonces estaba enojado y daba puertasos.

Perdóname porque mentí al decirte que volvería.

Sin embargo, tus amigos, míos igual, eran totalmente un desastre culposo, me encanta a compartir con ellos.

Mi pecho se pinchó cuando solté una risa.

Sin duda, Theo y Blaise eran los mejores amigos que un día pude tener, me apoyaron aunque Blaise me veía como amenaza, había sufrido de racismo años atrás y verme claramente lo hizo dudar, mi tez era demasiado blanca para que él crea adaptarme a tener un amigo como él.

Idiota, apenas y fingía fastidiar de mala gana a los nacidos de muggles.

Theo por otro lado era más animado, su equilibrio era tan detestable que fue como un niño pequeño a punto de derrumbarse, pero ahí estaba yo ¿no? La primera vez que lloró fue cuando su padre se decepcionó de él.