Advertencia: capítulo soffty, ahh. Bye.
Mon point faible.
Pov.
Si al menos no estaba en casa metiendo galletas a su boca hasta ahogarse, o jugando con algún elfo a escondidas como quisiera regresar al pasado, Draco se quedó estancado en ese momento donde habían pasado once segundos juntando sus labios, feliz Navidad.
No fue un beso desesperado, no fue un beso tierno ni para recordar, porque no se tendría que olvidar nada.
Amantes que se desean a la distancias, estudiantes que se miran, personas que se extrañan, todo conectaban sus ojos, su vida se unía en un espacio pequeñito pero era grande como para romperlo.
Ella lo recibió con gusto, lo extrañó tanto que no pudo aguantar las ganas de besarlo, lo juntó a ella desde su pecho, la besaría y si fuera la última vez, sería la mejor.
Draco tomó su rostro queriendo fundirse en ella, que lo llevara a donde sea, que se quedara.
Quédate.
Ninguno soportó tanta atracción, las lágrimas volvieron a resbalar como un montón de niños jugando en toboganes de agua.
Cuando se separó dos pocos centímetros, el rubio tomó aire y dejó salir un pequeño suspiro, la miró a los ojos, ella los tenía cerrados, tomó su mejilla y la acarició para darle una confianza en la cual esperar.
Atenea desprendió sus pestañas al verlo, estaba llorando, los dos, como si volvieran a tener cinco años en medio de un castigo. Le quitó las lágrimas que caían, besó su mejilla y se quiso separar de ella, no estaba bien.
Pensó, Ella no quiere esto.
Pero no pasó tanto antes de atraerlo y en volverse en sus brazos, él la abrazó con gusto, murmuró algo que la hizo callar, pedía un pequeño perdón entre sus labios, cada jadeo contaba.
La chica no se dio cuenta cuando sus rodillas chocaron contra la orilla de la cama, se sentó, la satisfacción de algo que no pudo recibir en mucho tiempo. Draco tomó su mano y la levantó.
— No vamos a hacer algo que no quieras — le susurró tan gentil, pasó los dedos por su cabello enredado, le encantaba como la seda de él rodeaba sus nudillos. Aunque ante le gritaban todo momento que se peinase, a él le encantaba que ella sea así, porque es perfecta y no para los demás.
Atenea tomó su mano, deshizo su cabello de ella para entrelazar sus dedos, vio el conjunto formado perfectamente, encajaban, estaban hechos el uno para el otro.
Lo rodeo aún apretado su mano, el humo los invadió nublando la vista, con un hechizo lo dispersó para poder verse mejor.
Ella lo llevó, se recostó en la cama haciendo que Draco se posicionara a su lado, ahí, puso su cabello blanco como la nieve en pecho, y apretando y oliendo su aroma, las suaves manos de la chica acariciaron su rostro, una noche más.
Una de miles.
Una eternidad.
Vio como Draco dejaba que sus lágrimas cesáreas por sí, hasta quedar dormitando encima de ella, había mucha ropa que los cubría pero se sentía como antes, como el cariño que nunca supieron compartir.
Draco Malfoy Black.
Su mano estaba sobre su estómago y otra acariciando mi cabello, se sentía tan mágico que no recordaba que éramos magos para hacer que las cosas a nuestro alrededor volaran.
Esa impresión, desde besarla hasta dormir me hacía bien, supuse que lo que estaba haciendo en mí, su efecto, eran las mariposas es mi estómago. Tomé su mano de su abdomen y la entrelace como hace unos momentos.
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Extremely Fucked | Draco Malfoy | +18
De Todo- Vamos a aclarar algo. Habló Draco, sus dedos se enrollaron en su cuello, estos y los anillos eran tan fríos que quemaban en la piel alrededor, alzó su mano con el pulgar apoyado en el mentón, empezó a apretar su agarré. - Estoy a cargo - se lami...