Nine

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Misiones.

Narcissa Malfoy.

Conozco a Draco. No tanto. No tener comunicación suficiente, pero sé que está atraído por Atenea. Le dije que ella que lo tomará con paciencia, él no es un alma suave para controlar, tiene sus propios demonios y creo que por eso es lo que se ha destacado.

Quiero que, como todos los adolescentes de su edad, sepa que es un amor de jóvenes, que a veces se terminan y empiezan otros.
Pasó con Pansy Parkinson y claro ni siquiera sé si en verdad se amaron, Draco solo me decía que estaban bien.
Ha crecido más que antes, en físico.

No tiene la misma sonrisa de cuando era un pequeño y rodaba con los elfos en la nieve o en el pasto. Solo quiero que mi niño vuelva a ser feliz. Ahora estoy segura que no, le han encargado tareas pesadas, maldigo el día donde Voldemort acudió a nosotros y Lucius lo aceptó. Por seguir el lado oscuro de la magia de sus antepasados.

Como Black, hablo que los Malfoy siempre han sido crueles con sus descendientes, pero Draco no es igual, si tuviera opción de irse y cuidarse, rompería una de las cadenas más largas de familias.

Pasé el corto pasillo a unos cuartos de Atenea y toqué la puerta del cuarto de Draco. Sentí pisadas grades debido a la altura y un crujido de la puerta al otro lado.

— ¿Sí? — Preguntó desde el interior.

— Soy Narcissa — apenas me nombré, oí el seguro desabrochándose y la puerta abrirse. Estaba acostumbrada a mirarlo hacia abajo pocos centímetros a los míos, hoy lo veo a los ojos, no me voy a cansar de repetirle cuanto ha crecido. Eran momentos que solo él y yo compartíamos.

Me vio y aseguró que ella yo, abrió más la puerta y me hizo un gesto para pasar.

Vi a los RookWood pasar detrás mío, iban camino a la habitación de Atenea, se la había señalado días atrás, así que ya sabían de memoria el camino.

Pasé a la habitación de Draco y me senté en un lindo sillón de cuero negro en una esquina de su cuarto, era uno de los más grandes entre todos, era un heredero.

Él, apoyó sus palmas detrás de su espalda en el escritorio, estábamos hablando del colegio de cómo se las ha arreglado con sus calificaciones. Yo era la que hacía preguntas y el solo respondía, pocas veces con argumentos, solo decía; si, no, a veces...

— y... — dudé en lo que iba a preguntar, talvez a él le molestara — ¿qué pasó con Pansy? — tomó un bocado de aire y su expresión cambió a un desagrado.

— Te dije que eso se terminó — evitó el contacto visual.

— Bien. Entiendo — un silencio nos invadió — ¿Y con Atenea? —

— ¿RookWood? —

Asentí.

— ¿Hablas de la niña qué me tiene cansado desde el primer día de año? —

Asentí.

— No entiendo tu punto, pero puedo asegurarte que cuando esto termine, será la primera persona que no volveré a ver — negó.

Todo se volvió triste tras mis próximas palabras, después de todo, esto no va a parar solo se decidirá en la guerra mágica que define Lord Voldemort.

— Sabes que esto no terminará... —

Atenea RookWood.

Tocaron mi puerta y me dirigí a abrirla, sabía quién se encontraba detrás de ella.

Khris y Nora RookWood.

Alias, Papá y Mamá.

Los poderosos adultos que hacen mi vida deshaciendo mi experiencia, padres que no se merecen el digno apodo de ellos, como padres.

Extremely Fucked  |  Draco Malfoy | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora