Extremely Fucked | Draco Malfoy | +18

Twenty-Two

El Bosque Y La Luna.

Pov.

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Cuando leas, sabrás que es ridículo Theodore.

Pensando en ella, es sexy e increíble, un poco torpe. Aunque quisiera callarle esa boquita que trae, tendría la oportunidad de asfixiarla, que lo último que sepa hacer es suplicarme, pero no puedo porque no es igual a otra chica.

La veo porque puedo observar cómo se poner nerviosa haciendo tarea, como se pondría nerviosa a todo lo que le haría.

Follarla y hacerla olvidar todo inclusive quien es, hacerla a mi modo, crearla. Dejar marcas en su cuerpo y que sepan que es mía, me pertenece.

Tenerla para mí, encerrarla en el calabozo que nadie nos escuche para que pueda gritar todo lo que desee...

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El pergamino no estaba en buen estado como para seguir leyendo, el hecho de la curiosidad de Atenea no justificaba todas las ganas que tenia de saber para quien era la carta.

Exacto, y aunque Draco no escribió exactamente un "Homicidio" su conciencia distorsionaban las acciones y propósitos que tenía con Atenea.

Estaba claro para ella que la letra perfectamente diseñada, cada espacio, el legible de la letra "a". Pensaba si la chica escrita por usar términos femeninos estaría bien ahora.

¿talvez Draco fue con ella ahora mismo?

estaba tan intrigada de saber, nunca se había interesado en la vida privada de Draco, llegó a enterarse del maltrato de su padre por su cuenta, nunca lo comento, él era un libro cerrado, una mente cerrada, nadie sabía nada de él, era un completo misterio.

Los pequeños recuerdos que tenia de la mansión Malfoy eran muy escalofriantes, la pintura negra por todos lados.

Atenea reconoció pequeña parte como celos, un gran paso, querer ser la chica a quien Draco acosa, querer sentirse deseada de esa manera por alguien.

Dejó la nota sensual a un lado en el piso donde lo había encontrado, esperando que nadie creyera que la saqueó, se sintió avergonzada por leerla, no por lo escrito, sino porque sabía que era algo que talvez Draco se molestaría si supiera que la leyó. Se dio una bofetada interna por ese intruso de privacidad.

Ni siquiera se interesó en el otro nombre, Theodore, no quería saber del ahora, solo Draco, lo único en lo que pensaba era en él.

Se sacudió y sus hombros dieron un pequeño saltito cuando escucho la manija de la puerta abrirse, el de nuevo. La vio, y ella pudo estudiar sus expresiones faciales, ver su cabello agitarse al buscar cualquier cosa.

Su ligero paso estaba trastornado, tenía la mano derecha en su costilla, sosteniendo un dolor inmundo, en su costilla donde se mereció un golpe del sauce boxeador por estropear una de sus hojas sanadoras.

Sin importar que fue lo que acababa de leer, Atenea le pregunto:

- ¿Qué tienes? -

su mirada mezclada de azul y gris se encontraron con el achocolatado color de sus ojos, se puso rígida cuando la vio, pero no se molestó en absoluto con la pregunta, rebusco en cajones, mientras ella esperaba sentada impaciente la respuesta, el balbuceo un poco antes de encontrar las palabras adecuadas, no le iba a decir que había sido golpeado por un árbol mágico.

- No tiene importancia, ¿y a ti? - seguía hurgando sus cosas, lo miro fría, una vez más la voz de Draco la cautivo provocándole una especie de tejidos apretados que se revolvía en el hueco hambriento de su estómago, o como lo llaman, mariposas.