Día 15: Collar de Protección

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Idia!Alfa x Azul!Omega

[Azul confiaba en aquel alfa retraído, tanto cómo para quitarse el collar después de mucho tiempo.]



Si le preguntarán a Azul desde cuándo comenzó a usar el collar para omegas sería incapaz de responder.

Azul desde que tiene memoria siempre ha usado un collar de protección. Cómo criatura marina era vergonzoso tener que usar ese tipo de accesorios cómo si de una mascota terrestre se tratara, pero jamás fue capaz de quitársela por miedo a las represalias que pudieran llevar en su contra, por todo el bullying que recibía diariamente. Aún cuando formó una alianza con los gemelos Leech no tuvo la confianza de quitárselo solo, o cuando comenzaron a respetarlo por todos los tratos mágicos que estableció, se le hacía complicado realizar dicha acción, aún cuando deseaba lo para sentirse medianamente libre.

Incluso siendo un foráneo en la prestigiosa escuela de magia, estando en sus dos piernas, jamás se quitó el collar a menos que estuviera en la soledad de su habitación con un buen seguro en la puerta y solo para cambiarlo por otro y limpiar su cuello de cualquier suciedad o marca que se le acumulará en el área.

Se sorprendió al ver la cantidad de alfas, betas y omegas que se reunían en la escuela, todos de distintas partes del mundo terrestre y quedó más estupefacto al ver la cantidad de omegas cómo él caminando con total confianza sin llevar ningún tipo de protección, cómo lo fue el caso de Vil Schönheit de Pomefiore o la hiena de SavannaClaw Ruggie Bucchi.

En varias ocasiones quería demostrar que tenía la confianza de también caminar sin un tonto collar de esos, pero siempre que daba un paso fuera de su habitación, la ansiedad lo carcomía y derrotado terminaba regresando para ponérselo de nuevo.

"Los Alfas son peligrosos" se repitió "Siempre lo son."

Actúan bajo sus instintos y siempre buscan al más débil para molestarlos.

O eso pensaba hasta que conoció a su intento de novio y probablemente destinado.

No esperó que el introvertido Líder de Ignihyde se volviera su primer amigo gracias a su afición a los juego de mesa, pero su agudeza rápidamente captó que entre ellos había algo más.

En su corta vida jamás imaginó estar arrastrándose por un alfa introvertido que apenas miraba a su dirección, lo cual es mucho decir considerando lo apático que suele ser con los demás.

— ¿Puedo ir a tú habitación? — preguntó cómo si nada un día mientras jugaban ajedrez. Sus intenciones eran (medianamente) inocentes pero la reacción de Idia fue digna de un espectáculo.

— ¡¿P-Por qué quieres ir a mi habitación?! E-Eres un Omega y ese tipo de lugares son cómo las mazmorras de los videojuegos rpg de aventura ¡peligrosos!

— Quería pedirte ayuda con unas cosas, y es mal visto que un Alfa vaya a la habitación de un omega por el nido y ese tipo de asuntos, por eso propongo tú habitación. — Argumentó con confianza, sabiendo que al más alto no le gustaba salir mucho al público, por lo qué estar en su propia zona de confort resultaba tentador, tanto para Idia cómo para él. Por lo que no tardó mucho en convencerlo.


Primer paso: completado.


Mucho más tarde, fue de la forma más discreta posible al dormitorio Ignihyde procurando que sean pocos que lo vean (bendito sean los alumnos introvertidos).


Segundo paso: Completado.


Estaba parado frente a la puerta de Idia, pero sus nervios impedían que la tocara, y más por el hecho de que segundos antes de que llegara a la habitación hizo lo que tanto le ha costado hasta ahora: se quitó el collar.

"Solo será por un rato." Recordó "Necesito que me observe y se de cuenta que me siento a gusto con él." Sus análisis concluyeron que era imposible que Idia se abalanzara hacía él para atacarlo, esa no era su naturaleza y tampoco tenía la confianza para hacer eso, lo cual en su mente era la definición de un Alfa perfecto para él.

Pero ¿Por qué no tocaba la puerta?

Sintió el sudor frio correr por todo su cuerpo.


¡Tú puedes!
¡Solo debes tocar la puerta!

— Azul Ashengrotto-san ¡Qué gusto verlo! — El pequeño hermano robot Ortho fue el que notó su presencia al otro lado de la puerta, la abrió y se apartó a un lado para que se adentrara al mismo — Por favor entra, mi hermano estaba muy emocionado esperando su visita.

— ¡O-Ortho! — La exclamación del Alfa lo hizo sacar una risita. Cuando entró, el pequeño Shroud lo ayudó colocando una silla a un lado del escritorio del mayor para sentarse cómodamente.

— Iré a hablar con el profesor Trein ¡Pásenla bien! — El que solo insinuara que estarán solo ya era suficiente para avergonzarse.

Bien, ahora que estaban los dos en la habitación ninguno sabía exactamente qué hacer.

Azul se sintió tonto y mareado al no pensar correctamente su imprudencia, si iba a la habitación de un Alfa ¡Es obvio que toda la habitación estaría impregnada de él! Su lado más débil estaba regocijándose por su aroma a madera quemada, no del tipo abrasador, sino del que tú nariz captaría frente a una chimenea para brindarte un calor acogedor. Considerando que viene del frío y oscuro mar, era una sensación agradable y poco usual para él qué eso le agradaba más de lo que era capaz de admitir.

— Oye ¿por qué tú... — Idia estaba pasando por el mismo conflicto ¿desde cuando el aroma de Azul era tan marcado? el delicado olor floral de gardenia qué jamás había sido capaz de disfrutarlo adecuadamente ahora estaba liberándose en cantidades justo frente suyo ¿alguna vez estuvo tan cerca de algún omega para sentirlo así? La verdad es que no hasta ahora. Luego lo miró con más detalle y se dio cuenta del pequeño pero muy importante asunto — ... No llevas collar?

Bueno, Azul tenía que darle el crédito que se percató muy rápido de la ausencia de su collar. — Me estaba picando mucho, así que lo quité ¿Está mal que lo hiciera?

— ¡No! — Idia exclamó sin pensar — Nunca he visto que te lo quitaras antes, y que lo hagas aún estando en la habitación de un alfa cómo yo eso... m-me alaga.

¿Qué tan perdedor tenía que ser para alegrarse con una oración tan simple cómo esa? Al parecer uno de los más grandes. 

No pudo evitar sonreír por ello, de hecho no lo ocultó, y debió ser así su alegría que notó cómo el mayor olfateo el aire y luego las puntas de su cabello se tornaron rojas delatando su vergüenza por igual.

Quizás debería considerar quitarse el collar más seguido, siempre y cuando Idia este a su alrededor podría hacer ese pequeño sacrificio.







[Par de tortolos lentos jsjsj ]



Omegacember [Twisted Wonderland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora