Omegacember [Twisted Wonderland]

Día 12: Supresor

Deuce!Alfa x Ace!Omega

[Para momentos desesperados, siempre es bueno tener un supresor.] 

El chico de la pica no tenía idea de lo que estaba ocurriendo el día de hoy. Desde que se encontró con Ace en la mañana, notó cómo su mente estaba dispersa en sus conversaciones y su atención en clases estaba por lo suelos, cómo si estuviera ido sin prestar atención a su alrededor. 

Deuce no era el chico más inteligente, pero incluso él era capaz de notar que algo simplemente estaba fuera de lugar, especialmente con Ace, solo que no sabía decir cual era el problema.

Luego de las clases, todo se puso aun más extraño cuando decidieron ir a la habitación del chico de corazones para buscar unos cuadernos. En verdad pudo haber esperado por él fuera de la ala de omegas pero su amigo insistió y de la nada lo arrastró adentro siendo acorralado en el acto.

Deuce mentiría si no se hubiera sentido nervioso por el comportamiento acalorado de Ace. Estando a solas con el pelirrojo después de haber visto lo "fuera de sí" que estaba siendo el día de hoy, y qué de un momento a otro las caricias del pelirrojo se volvieran más intensas combinado con su olor a canela dulce saturando cada vez más el lugar eran para alocar a cualquiera, de no ser su compañero simplemente hubiera hecho vista gorda del asunto, pero no.

—A-Ace ¿Qué te sucede?  — Deuce disfrutaba del cariño impropio de su "amigo" pero precisamente por eso su cabeza mandaba señales de que algo andaba mal. Más cuando este buscaba dejarle un beso en los labios que obviamente evitaba por respeto, aunque la insistencia del otro hacían que estos terminaran en su mejilla y mentón — ¡¿Por qué de repente me-me besas?!

Curiosamente Ace no responde de inmediato, más bien se acurruca en su pecho cuál niño en busca de cariño. Deuce lo miró directamente a los ojos y sus mejillas rojas resaltaban junto con sus ojos brillantes de la extraña euforia que particularmente Ace sentía hoy, hecho que solo hacían que su marca de corazón resaltara más en su rostro. 

— Deuce huele muy bien.

—¿Gracias? 

— Eres un Alfa.

— Lo sé.

— A mi me atraen los alfas.

— En serio Ace ¿Qué pasa contigo hoy? 

De nuevo el más bajo se quedó en silencio, poniéndole los nervios de punta al otro. Si era honesto, hace rato se hubiera ido enojado del lugar creyendo que se trataba de una broma de mal gusto, sino fuera porque todo parecía tan tentador, pero repito, seguía siendo más grande su desconcierto a que su creciente deseo de dominarlo. 

— ¡Eres un idiota! — exclamó de la nada Ace. 

— ¡¿Ah?! 

Sin ningún tipo de aviso Ace se quitó el chaleco y por la forma en que sus dedos tentaban los botones de su camiseta supo que todo iba de mal en peor. 

— ¡¿Qué demonios te ocurre hoy?! — Deuce agarró sus manos para detenerlo, puso énfasis en su fuerza para evitar que se liberara o siguiera desvistiéndose — Desde la mañana estas así de raro ¡¿acaso estás entrando en celo?! — Su comentario fue algo superficial, pero no esperara a que Ace hiciera un puchero y asintiera tan fervientemente. — ¡¿Es en serio?!  ¡Idiota, no puedo estar aquí contigo! 

El más alto tuvo la intensión de retirarse pero no creyó que terminaría peleando contra Ace para escapar de su peligroso aroma que hasta ahora no sé había dado cuenta de los mareos que estos le estaban comenzando a provocar.