Omegacember [Twisted Wonderland]

Día 24: Púas en la lengua

Che'nya!Alfa x Neige!Omega

[La lengua áspera es una característica muy conocida entre los felinos y Che'nya disfrutaba usarlo para molestar a cierto omega.]

— ¡Basta, tú lengua me haces cosquillas!

— ¿Eh~? Pero si lo estás disfrutando.

— No~

Che'nya no aguantó la risa, le entretenía ver las reacciones de Neige cada vez que osaba pasar su áspera lengua de gato sobre su mejilla o cuello, lo cuál se estaba convirtiendo en una peligrosa costumbre a medida que pasaban las semanas.

Siempre buscaba molestar a la joven estrella cada vez que se encontraban en los pasillos del Royal Sword Academy, todo el tiempo procurando que no hubiera tanto público de por medio para evitar dañar su reputación de niño inocente, aunque eso era indiferente para el mitad gato, ya que con su magia única aún podía molestarlo y nadie iba a saber que fue él.

Aunque... últimamente sentía la necesidad de molestarlo más.

—  Estás muy cariñoso conmigo Che'nya ¿Te encuentras bien? — El corazón amable de Neige preguntó luego de que se apartaran a un lugar más privado, un aula vacía fue la elección más rápida. — ¿Tú celo será pronto?

— Oh~ ¿Estás interesado? — evadió la pregunta solo para fastidiarlo un poco más — No me digas que vas a ofrecerte cómo acompañante, está prohibido.

El rostro de Neige se puso rojo en el acto — ¡N-No es eso! Yo solo pensaba en ayudarte, si necesitas supresores o algo por el estilo... puedes pedírmelo.

Ahí va de nuevo. Era increíble ver lo bondadoso que era el chico, cómo si de un acto natural se tratase. No es  de sorprender que sea uno de los omegas más amados entre el público, era la definición de pareja perfecta entre los alfas y betas, además de un ejemplo a seguir para la población joven que aspira a tener un alma tan pura cómo la del pelinegro.

— ¿Siempre eres así de amable? — indagó.

— ¿Eh? ¿Por qué lo dices?

— Te he estado siguiendo las últimas semanas y en ningún momento me has reclamado, ni siquiera cuando te toco de esa forma. — El rostro de Neige cambió a una de sorpresa, seguía avergonzado, solo que esta vez eligió callar y bajar la cabeza. — Incluso cuándo quiero asustarte pasando mi lengua por tú dulce cuello, aún no haces nada para detenerme ¿No me tienes miedo?

— Tú no eres malo.

— ¿Qué te asegura eso? — preguntó, quería ver qué tipo de respuesta era capaz de dar si lo acorralada un poco — Estamos aquí solos, puedo retenerte y hacer de ti lo qué quiera y nadie se enteraría ¿Crees que eso haría alguien bueno?

— Yo confío en ti  — siguió afirmando, no había rastro de duda o miedo en el Omega, lo cuál era algo increíble dada la situación — Te he visto, y sé que eres bueno aún cuando j-jugueteas un poco conmigo.

— Oh~ ¿Eso crees? — debería sentirse alagado por tales afirmaciones, pero Che'nya era travieso y quiso empujar las cosas un poco más, por ello comenzó a liberar sus propias feromonas dominantes. Neige se sorprendió por ello siendo afectado inmediatamente por estás, pero no reclamó — En estos momentos estoy buscando dominarte ¿No vas a quejarte?

Sin respuesta. El pelinegro mantuvo su vista baja, sus mejillas seguían rojas pero su cuerpo comenzó a temblar ligeramente por la presión del ambiente, pero no estaba asustado, de eso estaba seguro. Comenzó a acercarse al chico y en un rápido movimiento tomó ambas manos para apoyarlas en la pared, de esta forma lo dejaba indefenso.

— Ahora estás acorralado e indefenso ¿Qué piensas hacer? — quería llévalo al límite, quería ver qué otra reacción podía hacer el chico viendo cómo se resistía a hablar.

Ambos estaban muy cerca, Che'nya siendo un Alfa mitad bestia era sensible a los olores y las feromonas que pudo captar en ese momento lo embriagaron por unos segundos, eran demasiado adictivas incluso para él.

Miro su cuello despejado, y recordó cómo momentos antes pasó su lengua llena de pequeñas púas por el blanquecino cuello, por lo que decidió aumentar el nivel. — Veamos que tanto puedes soportar — susurró. Y antes de que Neige pudiera preguntar algo, los labios y lengua del alfa fueron a parar a la zona antes dicha.

Neige soltó un jadeo qué fácilmente podía confundirse con un gemido. Che'nya quiso probar cada milímetro de esa piel suave y virgen, pero incluso aún tomando solo una muestra de lo que era su cuerpo, el cuello también resulta ser una zona erógena, lo cuál venía perfecto para todo lo que quería provocar.

— Che'nya T-tu lengua se siente muy ¡ah~!

— los felinos tenemos una lengua áspera ¿No te parece genial? — comentó mientras seguía chupando todos los alrededores de cuello pálido, esperando dejar una marca en el lugar.— Dime algo y quiero la verdad ¿Te gusta? ¿Alguien más te ha hecho sentir esto?

Quizás se excedió al usar la voz de mando, pero estaba curioso por la respuesta del chico aún si fuera una negación que, para ser honestos, era la respuesta que esperaba por muy contradictorio que sea.

Sin embargo, no estuvo preparado para la respuesta que recibió.

— N-Nadie me ha tocado así y solo porque eres tú me... gusta.

Silencio.

El felino dejó de crear contacto solo para mirarlo fijamente, sorprendido por sus palabras. Por otro lado Neige, apenas siendo consciente de lo qué dijo de forma involuntaria, su rostro se tornó rojo cuál manzana y aprovechando qué el agarre de sus manos se debilitó cubrió su rostro para ocultar -solo un poquito- su vergüenza.

— ¡Lo siento, acabo de decir algo muy vergonzoso!

— No tienes que disculparte... — susurró, también un poco tímido por la vuelta que dió situación.

Ahora todo tenía sentido para Che'nya, Neige era inocente, en el amplio sentido de la palabra, y por el hecho de que halla sido el primero en brindarle un mínimo de experiencia "íntima" hacía que el pequeño lo viera cómo algo nuevo e increíble.

Usar su magia única en esos momentos sonaba tentador para huir.

De todas formas no fue necesario porque, ara cuándo se dio cuenta, el Omega se soltó de su agarre y huyó de la habitación para así evitar una conversación más incómoda.

Che'nya no sabía que hacer. Quizás debería disculparse, aunque no se arrepentía de lo que hizo, pero las palabras que dijo Neige se repetían cuál bucle en su mente y no entendía porqué.

Pero de algo era si estaba seguro, es que por un momento se sintió especial.

Sonrió.

No estaba seguro de que iba a pasar entre ellos a partir de ahora, pero en su mente traviesa, buscaría otra forma de llamar su atención.

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[Ship que nadie pidió ni conoce pero que igual escribo porque si ;) ]