Cap. IV

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Mattheo Riddle.

- ¿Por qué estamos todos en silencio? - me susurró Delphi, inclinándose al lado mío en la mesa.

Era de noche, y se suponía que estábamos cenando. Sin embargo, parecía haber una disputa silenciosa entre mi esposa y mi hijo menor. Ni siquiera yo sabía lo que ocurría.

- Mamá y Romeo no se hablan. - lanzó Newt, y los nombrados lo fulminaron con la mirada. Bueno, Newtie siempre ha sido muy... sincero.

- ¿Qué pasó?

- Romeo se avergüenza de ser un Riddle.

Okey, ahora Alexa lanzó la bomba. Miré a mi hijo con una ceja enarcada, para que diera una maldita explicación.

- No me... - se lo notaba avergonzado - no es eso.

Llegó mi momento de intervenir.
- Entonces explícanos, porque todos aquí estamos confundidos.

Suspiró, y desvió la mirada un segundo antes de continuar.

- La casa a donde fuimos con mamá el otro día... la familia odia a la nuestra. Bueno, no la odia, pero sí al apellido.

- ¿Por qué? - preguntó Tom seriamente.

- Sus abuelos eran muggles. Murieron en la guerra.

Me tensé, y me dirigí a mi esposa con los dientes apretados.
- Te lo dije mil veces, Alexa, debimos poner tu apellido como principal.

- No, Theo. - se puso firme, mirándonos a cada uno como dándonos una lección.
- Da igual lo que esa familia o quien sea piense de nosotros. Debemos estar orgullosos de pertenecer a los Riddle. Un tonto apellido no determina como somos, todos lo sabemos.

- Lo sé, pero los padres de Ju... no lo entienden.

¿Se le acaba de...?

- ¿Los padres de quien? ¿De dónde conoces a la familia? - inquirió Alexa.

- De ningún lado. M-Me lo contaron.

- Estabas por decir un nombre. - curioseó Delphi.

- No estaba... ¡dejen de hacer eso! - nos gritó enfadado a mí, Tom y Delphi, quienes como yo, estaban intentando leerle la mente.

- Así que te gusta una chica, ¿eh? - lo molestó Tom.

- ¿Te gusta una chica? - preguntó Newt completamente asombrado. Estamos igual, hijo.

- ¡No me gusta ninguna chica!

- Yo creo que sí - acompañó Delphi.

- ¡Se callan los dos!

- Podrías invitarla. A almorzar.

- Theo, su familia nos odia. - me recordó Alexa, cansada.

Por primera vez Romeo parecía seguirme la conversación, y estar de acuerdo conmigo.
- Bueno, pero no vamos a invitar a su familia.

- Haz lo que quieras, Romeo.

Y... se fue. Sé que esto no lo causó Romeo, pero, ¿por qué siempre estaba metido en algo?

Suspiré, observando como los demás no sabían qué hacer. Bueno, Newt sí, él nunca dejó de cenar. Romeo miró un segundo el hueco por el que Alexa había desaparecido, hasta que se centró en mí cuando hablé:

- Hablaré con mamá luego. Solo... no seas grosero con ella. Lo eres conmigo y lo soporto, pero con ella no. La conoces.

 La conoces

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