15: Nueva Ruta.

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Lance

Salimos lo más rápido que pudimos del lugar, llegamos al comienzo de las escalera y ahí pudimos ver a Yareli en problemas, tenías las manos elevadas mientras que un hombre le apuntaba con una espada era un mortal, Helene estaba en el suelo tras de ellos, estaba a punto de mandar a volar al sujeto cuando Yareli con gran agilidad se agacho y estiro su pierna haciendo caer al hombre frente ella, este dejo caer el arma y Yareli no dudo en agarrarla, este la miro con temor y como un niño asustado se levantó y marcho.

–Siento que no será necesario que te siga protegiendo –dijo Aidan a mi lado avanzando hacia ellas.

–¡Rayos! ¿viste eso? Yo quería que me siguieras salvando el pellejo

–dijo con una sonrisa en el rostro.

–Vamos, ya tendrán tiempo de coquetear después, tenemos que subir– dije y pude ver el sonrojo de los dos.

–¿Estas bien? –Pregunto Yareli.

–El veneno ha avanzado, pero aún no estoy muerto, es algo bueno –le sonreí.

–No es momento de hacer chistes sobre eso, tonto –me dijo Aidan golpeando ligeramente mi cabeza –ayúdame con Lance, yo llevare a Helene.

–Está bien, puedo caminar –dije y me erguí, pero no pude mantenerme y Yareli se acercó rápido a ayudarme.

–Vamos deja que te ayude, ¿o acaso eres orgulloso como tu hermano? –dijo a mi lado mientras Aidan ya tenía en brazos a Helene.

–Está bien, si necesito ayuda –suspire y ella sonrió.

Mi cuerpo estaba entumecido casi por completo, no podía controlar el movimiento de mis manos, la vista se me nublaba y empezaba a respirar rápido, íbamos subiendo los escalones lo más rápido posible, el sudor cubría mi cuerpo, si no ingería la triaca en la próxima hora podría perder el conocimiento y seria otra carga para ellos. Llegamos a arriba al poco tiempo, desde ahí se podía ver el todo el lugar, habían comenzado un incendio, este consumía parte del lugar, la vista hermosa llena de árboles y todo tipo de plantas se había transformado en un infierno andante, había árboles caídos y parte de ellos destruidos, Una silueta salió desde los árboles y de un salto llego hasta nosotros, se paró en el barandal de madera justo frente a nosotros, era de nuevo el, el inmortal que mato a nuestra madre.

–Pensé que eran guerreros, no gallinas que huyen de la batalla –hablo.

Creí que tendríamos un poco más de tiempo, tras de nosotros tenemos la puerta, si logramos entrar puedo sellar el lugar, pero hay que actuar ¡Ahora!, como si leyera mi mente Aidan ataco con su fuego haciéndolo retroceder y caer.

–¡Corran, hay que entrar, pero ya! –exclamo Aidan.

–¡No escaparan! –grito.

Volvió a aparecer frente a nosotros cortándonos el paso, lo mande a volar alzando la tierra, Yareli y yo llegamos a entrar, pero Aidan no podía avanzar, estaba entreteniendo al inmortal a la vez que cargaba a Helene.

–Iré por ella, será más fácil para Aidan si pelea sin nadie en su espalda –dijo Yareli.

–¡Espera! –dije antes que se marchara, dentro de la habitación colocamos un cajón donde escondíamos crucifijos y objetos que nos han ayudado antes con los inmortales, agarre una cruz, esta estaba bañada en agua vendita, fue la misma cruz que usamos con Estruch para quemarlo el día que salvamos a Yareli y Helene, serviría perfecto para darle unos minutos a Aidan para entrar, además agarre un crucifijo.

–Dásela a Aidan, sabrá que hacer –le entregue la cruz–. Esto es para ti, úsalo, si te ataca solo presiona el crucifijo contra su piel, se alejará de ti

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