27: ¿Quién soy?

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Dos días antes del encuentro

–Júrame que no fuiste tú la que puso esto en mi mano –le dije a Lu apretando el collar.

–Cuando te desperté ya lo tenías –dijo aún en el suelo confundida–. No entiendo que está pasando.

–Ni yo.

Procedí a explicarle la información que me había dado la chica del calabozo, lo del sueño y el collar, no entiendo que es o para qué sirve parece una simple piedra azul amarrada a una cuerda.

–¿Crees que esto esté conectado? –pregunto.

–No lo sé, tal vez, pero me advirtió algo, tenemos que salir de aquí.

–¿Cuándo piensas huir?

–Esta noche.

–¿Tan apresurado? –pregunto preocupada.

–Tenemos que largarnos antes de que el conde este de regreso y se dé cuenta de que faltan tres personas.

–¿Cómo que tres personas? Solo somos tú y yo.

–No, me llevaré a la loca, creo que no está tanto como pensé –dije agarrando una mochila y empacando unas cuantas cosas que necesitaríamos.

–Apenas la conoces, considero que no puede ni moverse bien.

–Es la única que me ha dado respuestas, no la dejaré aquí.

–Está bien, pero tranquilízate –dijo Lu agarrando mi mano. Ni siquiera yo me había dado cuenta de que estaba temblando, le abrace.

–Te juro que te sacaré de aquí.

–Sé que lo lograremos –dijo dándome un apretón.

–A media noche te veo aquí –dije y salió de mi habitación a alistar sus cosas.

Lo primero que debía hacer era sacar a la chica de allá abajo, abrir la reja sería fácil, pero ¿Los dos guardias? Ya no funcionaría la estrategia de Lu, bueno eso lo pensaré en el momento. Me intrigaba mucho el collar y aunque desconocía sobre él, me lo coloque en el cuello, tal vez me traiga buena suerte.

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Escuche el sonido de mi puerta, debía ser Lu ya era media noche, la estaba esperando preparada, me había colocado mi traje para las misiones del Conde.

–Vaya no te lo dije la primera vez, pero ese traje te queda increíble

–dijo sonriendo.

–Estamos a punto de meternos en la boca del lobo y me dices eso, pero gracias.

–¿Cuál es el plan? –pregunto.

–Debemos sacar a la chica, luego debemos escabullirnos por el castillo, hace un tiempo escuche de uno de los subordinados del conde que había un pasaje en la biblioteca este llevaba hasta el bosque.

–¿Y estás segura de ese pasaje? –pregunto.

–No del todo, por eso tú iras a investigarlo mientras voy por la chica.

–¿Y si no lo encuentro?

–Tendremos que usar el plan B

–¿Cuál es ese?

–Aún está en proceso –al escuchar esto me lanzo una mirada de regaño.

–Más te vale que lo pienses bien, debemos irnos, te veo en poco –dijo dándome una mano y mostrándome una amplia sonrisa.

Ella ya había salido de mi habitación, me tocaba hacer mi parte, salí colocándome mi capucha. La mayoría de soldados me amaban cuando me conocían como Isabel, pero era muy diferente con el hombre silencioso. Me acerque al calabozo, ahí seguían parados esos enormes soldados, eran imponentes, pero aun así me acerque de frente a ellos, fui avanzando hasta que me negaron el paso con sus manos.

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