28:Reinicio.

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Día del encuentro

Estamos llevando a un aquelarre al castillo, lo más probable es que mueran, estaba vigilando en la cima de un árbol. Los demás se encargan de llevarlos, yo solo me meteré si pasa algo, esas fueron mis órdenes.

–¡Entra idiota! –dijo uno de los inmortales empujando a una mujer que tenía un niño en brazos.

Son tus enemigos, no tendrás piedad.

Mire hacia el otro lado eran los últimos y nos iríamos, un muchacho intento revelarse, estúpido, a los segundos quedo inconsciente, tuvo que ser cargado por otro integrante.

Pensé que todo iría tranquilo, hasta que escuche un silbido, de inmediato una flecha se clavó en el pecho de uno de los inmortales haciéndolo morir al instante. De los arbustos salieron varias personas, pero me fijé más en dos.

Una chica de cabellos negros, muy ágil, ella estaba manejando el viento y el chico alto de cabellos rizados ¿Por qué siento que los he visto antes? Salió volando de un golpe de uno de los inmortales, se quejaba mucho.

–Le dejaré esto a él –dijo el inmortal.

–Tch... Siempre me dejan a mí lo más complicado, bien pueden con ellos –dije para mí.

Me escabullí por encima de los árboles hasta que estaba encima de él, por cómo se movía sabía que era bueno peleando, me lance hacia él en una patada al estómago que lo mando a volar a unos metros, viéndolo más de cerca seguía sintiendo la impresión que ya lo había visto.

No confiarás en nadie que no sea yo o tu amo.

–¿Qué carajos? ¿En serio que tienen contra mí? –pregunto el hombre.

–¿Estás bien? –pregunto la chica que iba con él. Ahora que escuchó su voz también me es parecida, sentí un hincón en mi cabeza.

–¡El encapuchado está aquí! –aviso el hombre ¿Se refiere a mí? ¿Él me conoce? Pero ¿Quién soy yo? No tengo nombre, todos se refieren a mí de diferentes maneras.

Me lancé hacia él o eso lo hice pensar a último momento me desvié, brinqué apoyándome de un árbol di una vuelta encima de él, dándole así una patada en el rostro.

–¿De dónde saliste tú? –dijo, no respondí a su pregunta, nunca lo hacía, salte de nuevo hacia él, pero esta vez logro esquivarlo. Quedo a unos centímetros de mi pie, se agarró obligándome a caer hacia al frente, pero no logro nada con eso, ya que rodé y por las mismas me paré de nuevo.

Como estábamos a unos metros de distancia pudo lanzar un ataque de tierra, pero para su sorpresa fue fácil para mi esquivarlos, hasta yo me sorprendí, era como si ya supiera su patrón de ataque, aun así, varios de estos si me llegaron a golpearme, pero nada como para evitar que peleara.

–¿Quién eres? Apareciste de la nada a servir a un demonio –hablo esperando una respuesta, pero nunca la tuvo de mi parte. Se acercó, un movimiento peligroso sabiendo que mi especialidad es combate cuerpo a cuerpo, intente atacar su torso distrayéndole con un golpe al rostro, pero logro esquivar mis golpes. Sin darme cuenta me quito una de mis dagas, su mirada se fijó en otra cosa atrás mío, probablemente en la chica.

Ella lanzó una ráfaga de aire, me entretuve mientras evitaba volar por los aires, el chico aprovecho eso logrando clavar la cuchilla en mi pierna derecha, no me queje. Pero aquel hincón de antes en mi cabeza se hizo más fuerte, ese sí que dolía, apreté mis puños.

La mujer atacó de nuevo, pero este le esquivó, me quedó quieta ¿Por qué esta chica se me hace conocida?

No tendrás piedad.

Ya estoy harta de esto, prefiero terminarlo aquí. La chica tenía su mirada fija en mí, creo que era la primera vez que la veía, pero entonces ¿Por qué siento que no?, otro hombre a mi lado lanzo una flecha hacia mi pecho, pero eso no era nada para mí, con facilidad esquive la trayectoria. Me hizo enojar, no tenía planeado matar a nadie hoy, pero cambie de opinión, lance mi daga directo a su corazón.

–No te dejaré, hacerlo –grito la mujer lanzando una ráfaga de viento para desviar la cuchilla, pero por la distancia no logro desviarla del todo y aun de esta manera dio en mi objetivo.

–¡Maldito seas! –gritó la mujer.

¡No les hagas daño!

Escuché en mi cabeza y el dolor se amplificó, estuve a punto de tirar un quejido, ¿Qué fue eso? El dolor aún no se iba. Cuando me fije al frente la mujer se había quedado parada, como si hubiera visto un fantasma, pero ya no me importo y me largue de ahí.

Corrí unos metros por medio de los árboles hasta que considere que ya no sería peligroso, me senté recostándome hacia un árbol inmenso, me saque mi capucha. Mi respiración estaba muy acelerada y mi cabeza seguía doliendo, ¿Quiénes eran ellos? ¿Por qué no les puedo hacer daño? ¿Qué fue esa voz en mi cabeza?

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