Zeitgeist 🍂 Porco Galliard

🍂 0. Guerreros

❝Zeitgeist (alemán):
"espíritu del tiempo".
Se refiere al clima intelectual
y cultural de una era.❞

Porco y Marcel llegaron a su entrenamiento militar como cada día, pero se detuvieron mirando con curiosidad a una niña que parecía ser nueva. Era pequeña, pálida y de complexión delgada, bastante delgada a decir verdad; tenía el cabello rubio y lacio corto a la altura de sus hombros, brillantes ojos grises y vestía con el uniforme blanco de aspirantes a guerreros.

– ¿Quién es ella?

– Ni idea...

El Capitán Magath llegó de pronto, llamando la atención del grupo de niños y ordenándoles tomar asiento para comenzar con uno de las primeras tareas: armar un rifle desde cero. Ni siquiera se molestó en presentar a la alumna nueva o decirle algo, no era lo importante

[Más tarde]

El entrenamiento del día terminó. Aquella rubia había sido bastante buena en la mayoría de entrenamientos, y gracias a ello recibió una felicitación del Capitán Magath al final del día.

– Lo hiciste bien, König. Debo admitir que te tenía poca fe al haber entrado tarde al entrenamiento, pero fue un buen trabajo.

– Muchas gracias, señor –sonrió.

– Es todo por hoy. Puedes retirarte.

– Con permiso.

El hombre asintió. La pequeña se giró y comenzó a caminar, para ir a dejar las cosas que cargaba e ir por sus cosas así volvía a casa.

Porco veía a aquella niña con una ligera mueca, hasta que su expresión cambió a una de sorpresa al ver a su hermano acercarse a ella.

– ¡Hey! –saludó, haciéndola detenerse.

– Hola –sonrió.

– Tú eres la nueva...König, ¿Verdad?

– Sí –asintió.– Tn König.

– Es un placer. Soy Marcel Galliard –giró, mirando hacia su hermano.– Y él es mi hermano, Porco –le hizo una seña para que se acercara y miró de nuevo a la niña.

– Es un gusto –sonrió.

Porco se acercó, con una expresión de desconfianza en su rostro.

– ¿Cómo dices que te llamas? –preguntó.

– Tn König.

– Ah. Y... ¿Por qué entraste casi un mes después de que comenzó el entrenamiento?

– Tuve un pequeño problema, de salud. Nada importante.

– Ya veo... –murmuró el de cabello más oscuro.– Pero ya estás bien, ¿Verdad?

– Eso creo –soltó una pequeña risita.

– Demostraste ser muy buena en todas las actividades del entrenamiento...excepto corriendo.

– No tengo mucha resistencia, supongo que es porque me estoy recuperando.

– Podría ser. No te preocupes, mejorarás –sonrió.– Vamos por nuestras cosas, puedes caminar con nosotros hacia Liberio –ofreció amablemente.

– Oh. Me gustaría –sonrió.– Gracias.

Los tres se dirigieron hacia dentro del recinto, para dejar las mochilas cargadas y buscar sus respectivos bolsos.