🍂 4. Medianoche

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[Día siguiente]

El tren llegó finalmente a la estación, se detuvo delante del andén, y sus puertas se abrieron. Gabi bajó primero animadamente, pegando un salto.

– ¡Volvimos! –gritó. Levantó los brazos.– ¡Regresamos con vida! ¡Estamos en casa, nuestra querida Liberio! –colocó las manos a los lados de su boca.– ¡¡Estoy en casaaaa!! –gritó fuertemente.

Mientras, el resto bajaba también de los vagones del tren.

– No grites, Gabi –pidió Colt, caminando con ayuda de Galliard.

Aquel guerrero titán llevó al chico con resaca hacia donde estaban las cajas de carga y lo hizo sentar sobre una de ellas.

– Esto te pasa por beber sabiendo que no aguantas.

Tn soltó un quejido, acercándose con una mano en su cabeza; se detuvo junto a su primo, se dio la vuelta, y se dejó caer para sentarse a su lado.

– Maldita sea... –murmuró.

– Tn, ¿Bebiste también? –preguntó Galliard.

– Tal vez...

Falco se acercó, mirando a su hermano y prima con algo de preocupación.

– ¿Quién les dio de beber?

– Es que los veía con cara de querer –sonrió Pieck, acercándose a ellos también.

– Tu amabilidad acabó manchando todo el vagón, Pieck –comentó Zeke, pasando caminado.

– Debimos hacerlo callar –dijo Magath, pasando también por detrás.

Gabi se acercó a ellos. Galliard la miró y le revolvió el cabello, sonriendo.

– Ayer te veneraron todos, eh.

– Empezó Colt.

– No importa –sonrió la pelinegra, tomándola por detrás desde los hombros.– Disfruta de esto mientras dure. Hiciste un gran trabajo.

– Señorita Pieck... –sonrió, sonrojada.

– Creo que voy a morir –comentó Tn, dejando caer la cabeza en el hombro de su primo.

– Yo también... –murmuró Colt, dejando caer su cabeza sobre la de ella.

– Me muero –dijeron al unísono.

Galliard hizo una mueca de preocupación, se acercó a su novia y se arrodilló delante de ella, tomando sus manos.

– Tn... ¿Te sientes bien?

– Estoy muriendo...

– Por dios –suspiró.– Sabes que no tienes resistencia al alcohol.

– Déjame en paz, Porco.

– Vamos, levántate –se puso de pie.– Te cargaré en mi espalda hasta casa –sonrió.

– ...Eres el mejor novio –sonrió.

Tn se levantó con ayuda de su novio y subió sobre la caja. Galliard se dio la vuelta y se agachó un poco, para que ella suba a su espalda, la sujetó de las piernas y suspiró.

– Qué lindos –rió Pieck.

– Y yo debo caminar... –se quejó Colt.

Falco miró a su prima, luego a su hermano, y soltó un pesado suspiro; ellos no debían beber, su resistencia al alcohol no era la mejor, pero ahí estaban.

Zeitgeist 🍂 Porco GalliardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora