🍂 5. Momento de paz

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El cielo se había teñido de anaranjado, mientras caía el atardecer.

Reiner se sentó en la silla de aquella pequeña habitación donde se encerró, cargó aquel rifle con tranquilidad y lo apoyó contra el suelo, abrió la boca y se metió en ella el cañón del arma. Acercó su mano cerca del gatillo, y colocó el dedo pulgar sobre él, listo para disparar.

[Fuera]

Falco le dio un puñetazo a la pared, apoyando la cabeza contra ella y mirando al suelo; estaba realmente frustrado.

– ¡Maldición! No puedo seguir así.

[Dentro]

Reiner abrió los ojos como platos al oír el sonido, se quitó el cañón de la boca dejando algo de saliva uniéndola a él, y respiró agitado, tosiendo un poco. Dejó el arma a un lado, se levantó y se acercó a la pequeña ventana, observando por ella a Falco que se alejaba caminando; tomó uno de los barrotes.

– Es verdad –apoyó sus manos en los bordes de la ventana.– Todavía me quedan ellos.

Bajó los brazos, enseriando el rostro.

[Hospital]

Falco se detuvo al pasar delante del hospital y giró la cabeza, observándolo.

– El hospital... –murmuró.

Volvió la vista hacia adelante para continuar caminando, cuando una voz lo detuvo:

– ¡Hey!

Volvió la vista al hospital, enfocándose en un soldado herido de cabello largo sentado en el banco de madera del jardín, sonriendo y saludándolo con una mano. Caminó hacia él y se sentó a su lado, para conversar un poco.

– Esto...Parece que está mejorando –lo miró.– Ya puede hablar.

– Sí. Vine por problemas psicológicos, pero era mentira.

El pequeño exclamó sorpresa y confusión.

– Dije que no puedo volver a casa porque tengo amnesia, pero es sólo que no quiero volver. No sé cómo mirar a mi familia a la cara. ¿Lo contarás?

– No lo haré –volvió la vista al suelo.

El mayor lo miró.

– Te lastimaste. ¿Fue entrenando para ser guerrero?

– Sí. Pero yo no me convertiré en uno. Hay un candidato que es mucho mejor. No creo que me elijan.

– Me alegra oírlo –miró hacia adelante. El menor lo miró.– Eres un buen chico. Espero que vivas mucho tiempo.

– ...Pero yo no quiero que lo sea –dijo volviendo a mirar el suelo.

– ¿Por qué? –el menor soltó un suspiro.– ¿La candidata es una chica?

Falco se encogió de hombros, algo avergonzado.

– Aquí la conocen todos. Hizo algo increíble en la última guerra. Todo el mundo dice que será el próximo Acorazado. Como no soy fuerte, se acabará sin que pueda hacer nada.

Ambos quedaron en silencio unos segundos. El castaño volvió a mirar el cielo, y habló nuevamente:

– Desde que llegué, cada día pienso: "¿Cómo acabamos así?". Nos corroen cuerpo y mente. Nos roban la libertad. Acabamos perdiéndonos. De saber lo que pasaría, nadie iría al campo de batalla. Pero siempre hay algo que te empuja a poner un pie en el infierno. La mayoría de veces no es por voluntad propia. Tu entorno te fuerza a hacerlo –el menor lo miró con algo de sorpresa.– Pero el infierno de quien se empuja a sí mismo es distinto. Ve lo que hay más allá desde ese infierno. Puede que sea esperanza o puede que sea un nuevo infierno. Eso sólo lo descubre quien continúa avanzando.

Zeitgeist 🍂 Porco GalliardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora