🍂 8. Declarar la guerra

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[Terraza]

Magath y más militares se encontraban allí, vigilando todo para asegurarse que el plan de Willy Tybur saliese como él quería.

– Jamás habría imaginado que declararían la guerra en este distrito.

[Teatro]

– Hay tanta gente... –comentó Tn, observando su alrededor.

– Siéntate ya, tonta.

Galliard tomó la mano de su novia y tiró de ella, haciéndola sentar en su regazo. Ella rió y lo miró.

– Eres un bruto.

– Sólo te gusta quejarte.

– Bobo~ –rió.

La rubia abrazó a su novio por el cuello y acercó su rostro al de él, acariciando su nariz con la suya. El chico soltó una pequeña risa, colocó una mano en la mejilla de ella y acortó la distancia para besarla.

– Oigan, hay niños aquí –rió Colt.

– Los jóvenes de hoy tienen el libido muy alto –bromeó Zeke.

– Yo opino que son muy lindos –sonrió Pieck.

La pareja rió. Tn se levantó, sonrojada, y se sentó a un lado de su novio, abrazando su brazo.

– Es increíble. Vino hasta el General Calvi.

– Están todos los oficiales del ejército de Marley. Y embajadores y familias importantes de otros países.

– Aparte de periodistas del mundo entero –comentó Galliard.

– Es como estar en el centro del mundo –sonrió Pieck, sacudiendo ligeramente a Zofia, quien reía.

– La influencia de los Tybur es increíble –dijo Colt.

– Y eso que también son eldianos.

Las trompetas sonaron de pronto para anunciar que comenzaría el espectáculo, provocando que la pequeña albina se cubriese los oídos.

– Ya empieza.

– ¿Dónde están Falco y el señor Braun?

Un militar se acercó de pronto, llevaba un casco que cubría sus ojos y cargaba un rifle.

– Guerreros de Marley –llamó. Los cinco lo miraron.–, el Capitán Magath los llama.

Los jóvenes intercambiaron miradas, y los de brazalete rojo se levantaron acercándose a aquel. Galliard se levantó, pero un tirón en su manga lo retuvo; miró a su novia, agachándose hacia ella.

– Algo extraño sucede...

– ...No te preocupes, volveré enseguida.

– Ten cuidado.

– Claro –la besó.– Espérame aquí.

Tn asintió y soltó a su novio, para que él se acercase al militar que los buscaba. Aquellos cuatro se fueron.

– Qué extraño... –murmuró.

– ¿Hm? –la miró.– ¿A qué te refieres?

– No lo sé, Colt –lo miró.– Algo extraño sucede.

– ¿Uh? ...No te preocupes –palmeó su cabeza. Ella sonrió.


Willy Tybur salió al escenario, bajo los aplausos de todos los presentes, e hizo una reverencia con una mano en su pecho y el otro brazo estirado, mientras los periodistas tomaban varias fotos de él.

Zeitgeist 🍂 Porco GalliardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora