🍂 10. Los demonios de la isla

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Pieck llegó a tiempo, y la Unidad Panzer comenzó a disparar hacia aquellos de la Legión que estaban a punto de atacar a Galliard.


Tn jadeó con sorpresa y sonrió.

– Pieck... –murmuró.


– ¡Pieck! –exclamó Galliard desde dentro del titán.


Aquel grupo de la Legión se dispersó rápidamente, para esquivar las balas.


«Llegamos a tiempo. Sabía que con su equipo no aguantaría las ametralladoras pesadas. Valió la pena tardar un poco más»
, pensó Pieck.


Eren regresó la vista al cristal que contenía a Lara, viéndola abrir más los ojos de pronto; unos picos salieron del suelo, clavándose en su torso, pero él logró protegerse el cuello con un brazo, endureciendo el antebrazo. Al observar bien, notó cómo la carcaza del Warhammer formaba una especie de sólido árbol blanco.

– ¡Eren! –llamó Mikasa preocupada.


El suelo retumbó ante los pasos de otro titán, que llamó la atención de todos.


– ¡Señor Zeke! –sonrió Galliard, esperanzado.


– Al fin... –sonrió Tn.


Eren movió la cabeza para mirarlo.


– Que no escapen. Extermínenlos –ordenó Zeke.

El Mandíbula escaló la mitad de un edificio, preparándose.


– No mueran –dijo Levi, preparando sus cuchillas.– Sobrevivan –usó el equipo de maniobras para elevarse, dirigiéndose hacia aquel titán.


Las manos del Acorazado emergieron del suelo, y Falco se asomó por el hueco en la zona de los pulgares para salir y poder ver lo que sucedía, viendo a los guerreros titanes pelear contra los soldados de la isla de los demonios.

– ¿Qué...? –murmuró.


Mikasa arrojó una lanza relámpago hacia Lara, pero esta rebotó contra el cristal y cayó, explotando en el aire.


– ¿Ese es el señor Kruger? –hizo una mueca.– No. Eren Jaeger –frunció el ceño, molesto.– ¿Cómo pudo hacer esto? –exclamó sorpresa al recordar lo ocurrido en el sótano, y volteó.– ¡Oficial Braun! –se acercó a las manos de titán.– ¡Oficial!

Volvió a ingresar por ese pequeño hueco, y resbaló hacia el mayor. Reiner parecía inconsciente, tenía solamente expuesto el cuerpo desde el pecho a la cabeza y lo demás fusionado con el titán, y en su rostro tenía las marcas de transformación.

– Lo siento. ¡Es culpa mía! –tocó su cuello para tomar su pulso.– Está vivo, pero...

«Está inconsciente. El poder del titán debería hacer que se regenerara. Siempre que él desee vivir. ¿Acaso...?», pensó.

Recordó cómo aquel pidió ser asesinado en ese sótano, a lo que exclamó sorpresa, y bajó la mirada.

– Iré a buscar ayuda –colocó una mano en su pecho.– Ahí afuera no hay sólo enemigos. Gabi, yo...Nosotros somos sus aliados. Espere un poco, Oficial Braun.


Tn frunció el ceño, recargó el arma, apuntó y disparó, haciendo caer a uno de aquellos de uniforme negro.


Zeke arrojó más piedras hacia la Legión.


– ¡Cuidado! –advirtió Jean.

– Será... –gruñó.

Zeitgeist 🍂 Porco GalliardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora