🍂 14. Ataque furtivo

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[Residencia Grice]

Tn abrazó a su padre fuertemente, pues hoy más que otros días tenía ese presentimiento incómodo de que algo malo podría pasar, o tal vez sólo era porque sería su primera vez en pisar la "isla de los demonios".

– Volveré...lo prometo, papá.

– Estoy seguro que sí. Eres de las mejores guerreras, la heredera del Titán Carguero, sé que eres fuerte...Tu hermano estaría orgulloso.

– Eso espero –sonrió.

– Aún así, ten mucho cuidado.

– Lo tendré. No te preocupes.


Colt, por su parte, abrazó a sus padres también, primero uno y luego al otro.

– Traeré a mi hermano de vuelta, lo prometo.

– Estamos seguros de que lo harás, hijo –palmeó su hombro.– Los estaremos esperando, a ambos.

– Cuida de tu prima también, ¿Si?

– Lo haré –asintió.– Aunque...creo que ella me protegerá más a mí –rió. El matrimonio rió.– Entonces...ya nos vamos.

– Está bien.


Ambos primos se acercaron el uno al otro, reuniéndose delante de la puerta, y miraron a su familia una última vez.

– Nos vamos.

– Sí.

– Cuídense mucho.

– Lo haremos.

– Suerte.

– Gracias.

Colt abrió la puerta, dejando salir primero a Tn, y salió tras ella; miraron nuevamente a su familia para despedirse agitando sus manos, y finalmente él cerró la puerta.

Ambos caminaron, dirigiéndose a las puertas de Liberio; en el camino se encontraron con Reiner, y se dirigieron con él hacia el Cuartel.

[Shiganshina, Paradis]

Gabi estaba sentada en el suelo, en una habitación donde habían barriles y la pequeña ventana tenía barrotes.

– Malditos demonios... ¿Por qué? –murmuró.

La puerta se abrió, sobresaltándola, y al levantar la mirada vio entrar a Eren con un soldado que cargaba un rifle apoyado en su hombro.

– Hey, mocosa que mató a Sasha –llamó.

– ¿Qué quieres?

– Si quieres salvar a Falco, colabora.

La menor tembló ligeramente.

– ¿Colaborar? ¿Con qué?

– Pedirás ayuda por radio. Los intrusos de dentro de las murallas reaccionarán.

Pieck ingresó a la sala, vistiendo una de las gabardinas verdes del ejército de la isla con el logo de la Legión y una banda blanca en su brazo izquierdo; rápidamente clavó un cuchillo en el cuello del que sostenía el rifle, y levantó el arma que traía apuntándole al castaño, quien la miró inmutable.

– No te muevas –ordenó. Miró a la menor.– Gabi, no hagas ruido.

La niña sollozó, mientras sus ojos se cristalizaban.

– ¡Señorita Pieck!

– No hagas ruido –le repitió haciendo un ademán de silencio, y cerró la puerta mientras seguía apuntando.– Tú debes ser Eren Jaeger, ¿Verdad? –tomó el arma con ambas manos.– Gabi, apunta a Eren con ese rifle –aquella no reaccionó.– ¡Gabi!

Zeitgeist 🍂 Porco GalliardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora