[Libro #6 de la saga "About Werewolves and Witches"]
NOTA: por favor, lee la quinta sección del libro Steredith antes de empezar con este.
Luego de un largo tiempo, la manada se reúne para celebrar con entusiasmo la boda del año.
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|| Gone Witch.
Aún algo somnoliento, sobando los músculos en mi cuello que duelen por haber dormido en una posición incómoda, salgo de mi habitación con rumbo a la cocina para reunirme con mi esposa y su padre, cuyas voces oigo susurrando algo ininteligible.
Anoche dormí muy poco y lo poco que pude dormir no me ayudó a descansar en lo más mínimo, pues esos breves momentos en los que fui capaz de cerrar los ojos fue tan solo un medio en que mi mente se ocupó torturarme con todas las atrocidades que pudieron... pueden ocurrir si no encuentro la manera de terminar esta guerra con los cazadores pronto.
Cuando llego al final de las escaleras, descalzo y todavía con las manos en mi adolorido cuello, me percato de que la puerta que da acceso a la escotilla del sótano está abierta de par en par. Camino rápido hacia el lugar, con la mera intención de bajar a checar que mi hermana y mi cuñado se encuentren bien, sin embargo, a menos de un par de pasos de poder asomar la cabeza en el pequeño armario bajo los escalones, me percato del sonido de varias voces familiares provenientes del exterior.
Tras cerrar la puerta frente a mí, me dirijo hacia la cocina y por la ventana distingo que toda mi manada, y familia, se encuentra en el patio trasero. No es hasta que salgo al porche que puedo ver con claridad lo que hacen todos aquí afuera.
Mi corazón se hunde al ver a Meredith arrodillada sobre el seco césped, llorando con profundo dolor mientras le da un último adiós a Castiel, que está envuelto en una de sus viejas sábanas, antes de que Stiles lo tome en brazos y con sumo cuidado lo deposite en la pequeña tumba que parece haber cavado él mismo.
—Hey, despertaste. —La voz de Allison me distrae de la triste escena, aunque es solo por apenas un par de segundos—. ¿Pudiste descansar?
—Pensé que iban a cremarlo —mascullo, observando atento a mi hermana, que toma un puñado de tierra y la arroja al hoyo rectangular delante suyo.
Allison entrelaza su mano derecha a la mía, cerniendo los dedos de la mano izquierda en el doblez de mi codo.
—Mer decidió que era mejor enterrarlo. Supongo que tiene razón.
—¿Por qué lo dices? —inquiero, posando la mirada en ella.
—Es día de Acción de Gracias. Encontrar una funeraria de mascotas abierta en este día implicaría recorrer media ciudad, mínimo. Y con todo lo que ha pasado esta semana... Lo mejor es no salir de casa.
Asiento, apenas lo suficiente como para que ella lo note, y devuelvo mi atención al improvisado funeral de Castiel. Mamá se halla ahora junto a Mer, permitiéndole llorar en su hombro, mientras que Liam e Isaac ayudan a Stiles a rellenar con tierra la tumba del can.
