Capítulo 5: The Wolves of War.

940 107 79
                                    

|| The Wolves of War

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|| The Wolves of War.




Para el momento en que la fiesta está llegando a su fin porque poco más de la mitad de los invitados ya se han marchado y pronto todos debemos de haber salido del salón, Stiles me dice que se adelantará para acercar la camioneta mientras yo voy por vigésima ocasión al sanitario; Malia y Spencer son quienes me acompañan en esta ocasión, sacándome varias carcajadas aun cuando entro sola al cubículo.

—Mañana nos vamos a juntar para desayunar, ¿no? —pregunto afuera de los baños, poniéndome mi abrigo, el cual no alcanza a cubrirme del todo la barriga pero al menos me protegerá los brazos, pecho y espalda del frío en el exterior.

—¿No podemos juntarnos mejor para el almuerzo? —es la respuesta de la coyote. Spencer se ríe, contagiándome un poco—. ¿Qué es tan chistoso?

—Tus obvias ganas de dormir unas horas extras.

—Y tu increíble ternura para decirlo —me secunda Spencer, tocándole la punta de la nariz con la yema de su dedo índice.

Malia le sonríe con dulzura, atrapando su mano para besarle los nudillos.

En el camino a la salida me despido una vez más de mi hermano y mi cuñada, quienes no se irán de luna de miel sino hasta los días alrededor de las fiestas decembrinas, por ende no tienen escapatoria del desayuno-almuerzo de mañana. También me despido de mis padres, Lydia e Isaac, pues se quedarán hasta el final con los novios para ayudarlos a llevar los regalos que recibieron.

Al cruzar las puertas dobles de cristal no tardo en divisar a mi esposo rodeando la camioneta para abrirme la puerta del copiloto. Ambos nos despedimos con un abrazo de Spencer y Malia, luego él me ayuda a subir a mi asiento. Mi suegro se halla en la parte de atrás, frotando sus manos entre sí para contrarrestar el frío que se siente aquí dentro a pesar de que la calefacción está encendida.

Me alegro tanto de haberme puesto mis tenis, así mis pies no están tan congelados como lo estarían si me hubiese quedado con los tacones.

—Debimos haber traído guantes, ¿verdad? —comento en cuanto Stiles cierra mi puerta, jalando el cinturón de seguridad para ponérmelo.

—Y unas cobijas —replica mi suegro.

Los dos soltamos una risita. Yo lo hago asintiendo.

Un segundo más tarde, mi marido está ocupando su lugar detrás del volante.

—Listo. Vámonos a casa —masculla, poniéndose el cinturón de seguridad con rapidez para ponernos en marcha.

El trayecto a la casa de mi suegro es tranquilo, un tanto silencioso de mi parte porque el calorcito de la calefacción me provoca sueño, algo que se hace notorio para ellos gracias al sin fin de bostezos que se me escapan.

Cuando Stiles estaciona en la entrada de la cochera, alcanzamos a oír los ladridos emocionados de Castiel, claramente feliz de que por fin estemos devuelta.

About Hunters and Witches | AW&W: 6 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora