[Libro #6 de la saga "About Werewolves and Witches"]
NOTA: por favor, lee la quinta sección del libro Steredith antes de empezar con este.
Luego de un largo tiempo, la manada se reúne para celebrar con entusiasmo la boda del año.
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|| A Moment Of Peace.
Un grupo de mujeres de la tercera edad, quienes por su colorida ropa deportiva asumo que deben estar cumpliendo con su rutina de ejercicio, obligan a Stiles a frenar y esperar a que todas ellas crucen de una esquina a otra, algo que me da tiempo suficiente para mirar alrededor y leer la placa verdosa adherida a un delgado poste metálico. Hasta este preciso momento había estado tan concentrada en no echarme a llorar por todo lo que ha pasado y podríapasar que no me di cuenta del cambio de planes con respecto a nuestro destino.
—¿Vamos a casa de mi mamá? —pregunto, mi voz saliendo en un tono apenas audible incluso para mí misma, al tiempo en que giro la cabeza hacia la izquierda.
Stiles no desvía la mirada del frente, sus ojos están demasiado ocupados aguardando a que el último par de ancianas avance lo suficiente para que él pueda quitar su pie del freno.
—Es más seguro allí —me responde con simpleza, su voz denotando un poco más de dulzura que la seria expresión en el perfil de su rostro.
Doy un leve asentimiento, abrazando mi barriga de forma casi instintiva, y luego, al momento en que el jeep vuelve a estar en movimiento, echo un vistazo al espejo retrovisor en mi puerta para cerciorarme de que el coche de Malia viene detrás de nosotros.
No más de un minuto después, el jeep está aparcado en la entrada de la cochera de mi antiguo hogar y a Stiles le toma tan solo cinco segundos apagar el motor, quitar la llave de la ignición, salir de su asiento y rodear el vehículo para ayudarme a bajar. En cuanto mis pies tocan el concreto, mi esposo no pierde un solo segundo en guiarme directo a la puerta principal, la cual no tiene llave y por ello puede abrirla con suma facilidad; una vez adentro, ni bien vemos a mi mamá sentada en la sala con una taza de café entre sus manos, Stiles le pide que nos lleve al sótano creado por Lilith.
—Claro, por aquí —responde ella, dejando a un lado su taza y poniéndose de pie con rapidez, sin hacer preguntas de ningún tipo ni tampoco pidiendo explicación alguna. Supongo que, tras todo lo ocurrido en los últimos dos días, es normal que sea así.
Oigo las voces de Lydia y Malia justo cuando mamá abre el viejo armario debajo de las escaleras, explicándole a mi esposo que la escotilla del sótano está allí, oculta por las cajas que resguardan los adornos navideños y de Halloween. Stiles no tarda casi nada en mover las cajas a un lado para poder abrir la escotilla.
—Ven, amor. Te ayudaré —me dice, estirando una mano hacia mí.
Sin cuestionarlo ni rechistar, avanzo lo necesario para tomar su mano entre la mía, dispuesta a dejarlo guiarme escaleras abajo. No obstante, apenas doy un vistazo allí abajo, tengo la súbita sensación de claustrofobia, razón por la cual retrocedo hasta regresar al pasillo.
