Sedιeɴтα de тι© |JJK| >>+18

~CUATRO~

~❣️~

Que guapo es. La tez de su piel brilla con naturalidad y tiene unos carnosos labios que llaman de inmediato a la vista ajena. Tragué en seco al sentir la presencia de mi sed de repente. Algo que también llama nuestra sed es si el prospecto es llamativo.

— ¿Q-qué pasó?— pregunté confundida de estar encima suyo y de la gente que nos empezaba a rodear.

— Oh, venían unos caballos sueltos y tú estabas en el camino, la gente te estaba gritando que te quitaras pero creo que fue inútil— carcajeó adolorido y bajé la mirada apenada. 

Justo lo que no quería hacer, llamar la atención. 

— Oh lo siento, soy muy distraída— reí apenada e inmediatamente me puse torpemente de pie. 

Me sacudí el vestido y le tendí una mano para ayudarlo a ponerse de pie, el rubio la miró sonriente y la aceptó, al momento de estar de pie me di cuenta que era más alto que yo, pasé la lengua por mis labios al fijar mis ojos en su boca. Su aroma tiene un ligero olor dulce. Desvíe los ojos nerviosa y traté de buscar a Jungkook con la mirada. 

— No te preocupes, suerte que estuve cerca y te ayude— me sonrió de lado y reí levemente. 

— Gracias por salvarme— dije apenada y la muchedumbre comenzaba a dispersarse. 

— Es un placer, eres muy linda por cierto— aquellas palabras me hicieron sonrojar—, no eres de aquí, ¿verdad? 

— Je, je, je— reí al ya no saber qué más decir. 

Le di una rápida checada a su cuerpo y se me heló el cuerpo al ver que portaba una espada. Éste chico es peligroso. 

— Oh— dijo al ver donde se concentraron mis ojos—, es inofensiva no te preocupes— sonrió dulce y traté de relajarme. 

— ¿E-es tu espada?— pregunté interesada. 

Tengo que hablarle a Jungkook, no sé si el joven pertenece a los caballeros que nos quieren muertos. 

— Sí, herencia de mi padre— sonrió con orgullo al decir eso. 

— Oh que lindo— sonreí al ver el brillo en sus ojos. 

— Por cierto soy Jimin— extendió su mano hacia mí y sonrió de forma dulce en mi dirección. 

— Daena— estreché mi mano con la suya y de inmediato la llevó a sus labios. 

— Es un verdadero placer— dijo después de besar mis nudillos. 

Mi estómago se alboroto un poco al sentir lo suave que eran sus labios sobre mi piel. Apretó mi mano contra la suya y le sonreí en gesto amistoso.

— ¿Te apetece ir a tomar algo?— me preguntó aún sin soltar mi mano y me sentí nerviosa—, claro si es que no tienes prisa— río tímido y soltó mi mano para llevar la suya a su nuca. 

— Claro— dije sin pensarlo y el rubio sonrió complacido.

— Genial— susurró para sí mismo pero alcancé a escucharlo. 

Reí internamente y le di una rápida mirada a su atuendo. Llevaba unos pantalones negros junto con unas botas parecidas a las de Jungkook y una camiseta floja de manga larga color gris. El fajillo donde llevaba su espada era de cuero negro. 

— Ven, conozco un lugar decente donde sirven café— giró sobre sus talones y comenzó a caminar alejándose de mí. 

Es mi oportunidad. Bajé un poco la mirada y aclare mi voz.