~DIECISIETE~

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~❣️~

Relajé mi cuerpo al acostarme en la cama de mi habitación ¿quién diría que hacer algo tan simple se sentiría tan bien? Tan tranquilo. Pensar en el día anterior me hace sentir que viví décadas, toda la presión y estrés de salir viva de ahí hacen sentir mi cuerpo pesado y la verdad un poco cansado. 

El beber de Jungkook me hizo sentir mejor, su sangre cariñosa en verdad me hacia falta. Ninguna se puede igualar a su sabor, tan dulce, tan entregada, tan a él. 

— Lo quiero pero no puedo quererlo más— me dije a mi misma mientras miraba mi ventana—. No como él quiere. 

Ver la luz solar chocar contra mis cortinas hicieron que acariciara aquella gargantilla que me regaló Drácula, aquella que me hace caminar a la luz del sol. 

~Flashback~

Desperté exaltada, desorientada no sabía que había pasado y lo único que venía a mi mente era que Jin me había apuñalado sin razón alguna, miré de inmediato el lugar dónde me encajó aquel cuchillo y tenía el vestido manchado de sangre. Sentí mi cuerpo temblar y revisé asustada el área, me toqué al tanteo pero me confundí al no sentir nada, ni siquiera un hoyo o raspón. Solo estaba roto el vestido.

Miré aterrorizada mi pecho y no había nada más que una mancha de sangre. ¿Qué demonios pasó? 

— Despertaste— la voz de Jin llegó muy clara a mis oídos. 

Mis ojos inmediatamente lo buscaron y mi corazón se aceleró al verlo parado en la puerta de mi habitación, me sentí extraña de sentir mi corazón tan acelerado. Se acercó sin dudarlo hasta mi y se sentó al borde de la cama, extendió su mano hasta mi cara y recibí gustosa su tacto aún confundida con la situación. 

Teníamos la misma temperatura. Lo miré confundida de no entender lo sucedido, no recuerdo nada de ayer salvo el recuerdo de su apuñalada. 

— Estás en transición, Daena— sonó precavido y no entendía a qué se refería. 

Retrocedí ante eso y todo me parecía extraño a mi alrededor. 

— ¿Qué me hiciste Jin?— pregunté asustada de la respuesta. 

— Tenía que hacerlo, Daena. No quería perderte— una chica desconocida entró por la misma puerta que entró Jin. No tenía expresión en el rostro, sus ojos parecían perdidos. 

Inmediatamente me llegó un olor poco dulce a la nariz, sentí la garganta seca y abrirse de tal manera que moría de sed, me paré de inmediato de la cama alejándome de ambos. 

— ¿Por qué está ella aquí?— sentí mi corazón salirse del pecho. 

— Es para ti, tienes que completarlo. Tienes que beber de ella— tragué saliva al ver que Jin le abrió el cuello con la uña. 

Cerré los ojos al llegarme un olor dulce de golpe, ¿por qué huele delicioso? ¿Por qué tengo tanta hambre? ¿Por qué no puedo pensar en nada más que eso? Ni siquiera estoy prestando atención a lo que dice por ver el líquido rojo caer por su cuello. 

— Eso, aceptalo Daena. Déjate llevar— la chica se acercó hasta mí y yo solo podía fijar mi vista en su cuello sangrando. 

En aquel líquido que me parecía irresistible de alguna manera. 

— No, no quiero— retiré la vista de golpe y sentí el hambre golpearme en el estómago. 

De manera tosca y sofocante. 

— Sí, si quieres— acercó a la chica hasta mí y sentí mi garganta abrirse. 

Cerré los ojos y probé con miedo a que me supiera asqueroso pero me sorprendí al sentirlo tan dulce, tan entumecedor y delirante, tragué en seco y sentí algo removerse en mis dientes. 

Sedιeɴтα de тι© |JJK| >>+18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora