~SIETE~

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~❣️~

— Taehyung— entré a su habitación sin esperar respuesta—, oye… 

Me quedé callada al no ver a nadie en la habitación, entré de igual manera y le dejé la bolsa con el traje sobre la mesa, en verdad espero que le guste. 

Iba a salir de la habitación y me sorprendí al oír la puerta del baño abrirse de repente, era el pelinegro, estaba recién bañado. Me sentí avergonzada al verlo con una sola toalla en la cintura. 

— Vaya… — su voz se escuchaba alegre—. ¿Ya nos vamos? Al menos dame tiempo de cambiarme. 

— N-no, no es eso. Solo te traje la vestimenta de esta noche— dije sin mirarlo. 

Era tentadora la escena, su cuerpo con gotas de la ducha que aún escurría por su pecho, su cabello levemente mojado y aquella tela que impedía ver su cuerpo. Y no hablemos de su aroma que era imposible no notarlo. 

— ¿No quieres de mi sangre?— escuché sus pasos acercarse hasta mi. 

Me atragante con mi respiración y lo miré a los ojos. 

— N-nos vamos en unas horas más— dije sin rodeos y me arrepentí de mirarlo. 

La escena me abrió la garganta, tragué saliva y como pude salí a prisas de la habitación. Suspiré agotada al resistirme, desde su llegada tengo cero tolerancia a su sangre, es adictiva y dulce, una sola gota y siempre quiero más. 

Comencé a caminar hacia el cuarto de Jungkook, no podía dejar que nos viera salir, tenía miedo de que nos siguiera, no quería eso.

Entré con cautela a su cuarto y sonreí al verlo dormido sobre su cama, entré con más cuidado y me acerqué hasta él. 

— Tan encantador como siempre— susurré con dulzura al disfrutar de la imagen. 

Parecía un ángel cuando dormía, tan inocente, alejado del sufrimiento. Me acosté a su lado y me dediqué a admirarlo, sus párpados se movían ligeramente y su respiración calmada chocaba en mi rostro. Era algo relajante verlo descansar y me dolía lo que iba a hacer. 

— Jungkook— pronuncie su nombre de forma dulce—, descansa hasta mañana, es una orden. 

Las cadenas en su muñeca se iluminaron ante mis palabras y la respiración de mi siervo se hizo más pesada, en verdad espero que no se enoje por esto. 

— En verdad siento tener que hacerlo— besé su frente y me puse de pie. 

Será mejor que comience a arreglarme si quiero llegar a tiempo, cerré la puerta de Jungkook y me dispuse a buscar a Alejandra, de seguro ella sabrá arreglarme más acerca de lo que se usa hoy día. 

 

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