ɦεαɾƭ αƭƭαcҡ. [ɓεσɱɦყµɳ]

Capítulo Seis.

La salida al centro comercial no había sido tan mala. En realidad, fue mejor de lo que esperaba, empezaba a verle un lado bueno al asunto cuando SooBin se subió al brincolín para niños y la dueña de este lo regañó, sacándolo casi a patadas del trampolín. SooBin, al punto de vista de TaeHyun, se veía como un extrovertido aún que actuara como un introvertido.

Se dió cuenta de que el mas introvertido era HueningKai, de lado seguía YeonJun, que tenía facha de chico malo y mujeriego, pero era la cosa más tímida que había visto TaeHyun en su vida. HueningKai tenía una risa peculiar pero tolerable y era demasiado imperativo.

BeomGyu era BeomGyu, no era ni extrovertido ni introvertido, era él a su manera y su manera era ser como un payaso, el alma de la fiesta. Al igual que HueningKai, tenía una risa peculiar y graciosa.

TaeHyun noto que BeomGyu tenía una linda sonrisa ante todo el tiempo que estuvieron en el centro comercial.

Ahora BeomGyu y TaeHyun caminaban hasta la casa del menor con compras en las manos y un silencio tenso. Solo se escuchaba la brisa del viento, los autos pasar de allá para acá. Y árboles moviéndose por el viento.

—¿Te divertiste? —Dijo BeomGyu. Yo lo miré pero de reojo—.

—Sí. —Dije simple. Me había divertido mucho que me costaba admitirlo—.

—¿Estás seguro? —Dijo deteniéndose y mirándome—.

—Sí, no te miento, BeomGyu. —Dije mirándolo—.

—¿Entonces por qué no sonríes? —Dijo con la excusa de que yo seguramente lo me la pasé tan bien—.

—No quiero hablar de eso. —Dije desviando mi mirada—.

—¿Dije algo malo?

—No, tranquilo, vamos, mi mamá debe de estarnos esperando. —Dije empezando a caminar de nuevo—.

BeomGyu hizo un ligero puchero y siguió al menor. ¿Por qué se puso así cuando le pregunte de su sonrisa? Algo andaba mal, algo le decía que debía ayudarlo y hacer algo para bien por una persona.

Pero las ganas de abrazarlo en ese momento, eran más fuertes que la roca del monte Everest.

Domingo, último día de mis mini vacaciones. La verdad me gustaban más lo domingos que lo sábados, no podía negar que me sentía solo, pero ya estaba acostumbrado.

En mi ventana se escuchó un golpe, me dirigí a ella y jale la cortinas encontrándome con BeomGyu con una sonrisa. Quité el seguro de la ventana y la abrí.

—Hola. —Dijo simplemente con una sonrisa—.

—¿Qué haces aquí, de nuevo? —Dije mirándolo—.

—Hola BeomGyu, ¿Cómo estás? yo bien, gracias TaeHyun, ¿Tú cómo estás? —Dijo con cierto sarcasmo. Yo solamente rodé los ojos—.

—Hablo en serio, ¿Qué haces aquí? —Dije dudoso—.