ɦεαɾƭ αƭƭαcҡ. [ɓεσɱɦყµɳ]

Capítulo Veintitrés.

BeomGyu estuvo en la enfermería por el resto del día curando sus heridas y pensando lo que acababa de pasar.

Había dicho palabras tan lindas para TaeHyun que no sabe como le salieron, era tímido y además, TaeHyun producía muchas cosas en su interior. Eso era la único bueno que había pasado ese día.

—¡BeomGyu!

Escuchó la voz de su mejor amigo YeonJun. Alzó la vista terminando de vendar su mano y mirándolo entrar con desespero junto con sus otros dos mejores amigos.

—¡BeomGyu, estás bien, gracias al cielo! —Dijo soltando un suspiro—. Por Dios, mira como te dejó ese idiota.

—No es para tanto. —Dijo sin importancia dejando aun lado la crema que se puso para el dolor—.

—¿No es para tanto? ¡¿No es para tanto, Choi?! —Dijo un YeonJun preocupado—.

—Son solo unos golpes, se irán desvaneciendo luego. —Dijo mirándolo—. No seas tan dramático.

—No estoy siendo dramático, ¡estoy preocupado por tí, tonto! —Dijo casi alzando la voz—.

—Le dijimos que se calme pero no nos quiso escuchar. Hasta asustó a TaeHyun. —Dijo SooBin, alarmando a BeomGyu—.

—¿TaeHyun? ¿Qué le hiciste? —Preguntó viendo a YeonJun—.

—Le alzó la voz. —Dijo HueningKai—. Fue sin pensarlo, estaba alterado por la pelea y por todo lo que sucedió. —El menor miró a BeomGyu—. TaeHyun está bien, Yeon le pidió perdón.

—Tuve que, sabía que él también estaba igual que yo, solo que suelo demostrar mucho más lo que siento en el momento. —Dijo YeonJun—. Como sea.... Mataré a ese idiota.

—No tienes porque meterte. —Dijo BeomGyu—.

—Sí tengo que. —Dijo en un tono serio—. No dejaré que esto termine así.

—Tienes un novio que se preocupa por ti, por Dios, YeonJun. Sí te metes, no solo será peor, sino, también puede afectarte y suficiente tengo con el hecho de que aún acosa a TaeHyun. —Los miro—. Juro que sí pudiera matarlo, lo haría.

—JungKook vino... —Dijo SooBin—. Me dijo que te llamaría.

—Tambien nos comentó que los padres de TaeHyun vendrían a la escuela a hablar con el director. —Esta vez habló HueningKai—. Le dió un ataque de pánico y se lo tuvieron que llevar.

—¿Qué? ¿Cuándo?

—En la hora del descanso. —Dijo HueningKai—. Vió a Johan y bueno, ya sabes el resto.

BeomGyu frunció el seño y apretó su puño que no tenía nada.

Esto se tenía que acabar de alguna manera u otra.