— Dana, mi amor tu eres una mujer independiente y te sabes defender. Así que tranquila y pateales el trasero — dijo mi novio dandome un sonoro beso en los labios.
Yo lo abrace con fuerza por la cintura.
— Ya me diste permiso así que luego no te quejes cuando llegue con dos ojos morados, pero una hermosa sonrisa de satisfacción — le lance un beso en el airé y salí corriendo del granero, ya arreglada.
Detestaba con todo mi corazón a Texas. Los tejanos eran unos putos desgraciados, hijos de su madre y deseaba que estuvieran problemas estomacales todos los días. Karen era catalogada como el patito feo por su forma fashion de vestir y yo era producto de muchas bromas además de que las chicas eran unas pendejas arpias.
Texas no me gustaba para nada. La gente vestía raro, olía raro y nos miraba raros, era el colmo. Me habían tirado dentro de un zafacon, me habían colocado papel de inodoro en mi mochila hasta caer al suelo, me lanzaron con bombas de agua y me molestaban. Ahora Cereza era también molestada por defenderme.
— ¿Quién es el hombre mas guapo del mundo?
Oh, por amor a Dios. No otra vez.
— Lo siento, pero no eres tu Arnold — respondí mirando con fastidio al pelirrojo que se creía actor de cine, pero juro que en actuación no llega de aquí a la esquina.
Beck lo miró de manera burlona.
— Mami... algun día veraz a muchas chicas besando a mi foto en las revistas y recordaras esté momento — comento Arnold pasando su mano derecha por su pecho.
Ni que estuviera un buen cuerpo. Si parece que se esta muriendo de lo flaco que esta.
— CALLATE ARNOLD. REALMENTE ERES INSOPORTABLE. NO TE SOPORTO Y ME TIENES LOS OVARIOS QUEBRADOS.
Todos giramos nuestras cabezas para encontrar a mi hermana mirando a Arnold como si quisiera matarlo con sus propias manos. La pobre la esta pasando mal sin siquiera tener amigos.
— Yo puedo reconstruir tus ovarios.
Se ha jodido.
Nadie pudo detener a Karen cuando se le lanzo encima y lo derribo. Lo estaba llenando a cachetadas y él hacía todo lo posible por protegerse, pero realmente lo estaba disfrutando.
— Dale en el nugget — dije al momento que llegó el autobús.
Y le dio en el nugget. ¡Bien!
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Habíamos tomado francés, historia y biología. Las tres eran impartidas por horrorosos profesores. ¡Uno de ellos era visco! Además eran groseros con la mayoría de los estudiantes y solo trataban con respecto a los más inteligentes.
— Cereza yo creo que es hora de escondernos — dije viendo a Victor Martínez y a la zorra Brigette Rogers. Los dos con sus amistades se encargaban de hacernos la vida imposible.
Le tenía unas ganas tremendas de partirle la cara para que no jodiera más, pero ella no era de las que se defendía sola. Era una traidora y muy cabrona. Aunque debería arriesgarme y mi novio me insinuo que me defendiera.
— No. No nos esconderemos. Hoy todos sabrán quien es Cereza Castillo y Danatella.
— ¿Vamos a pelear? — pregunte confundida. Cereza decía que no le gustaba la violencia y que era mejor dar amor, que golpear a los demás.
Yo pensaba lo contrario por supuesto.
— Yo tomo a Victor y tu a la zorra. Él hace mucho tiempo que esta pisando una conmigo...
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¿Sin suerte?
HumorSoy una chica normal de dieciséis años con problemas normales y una vida normal ni tanto que digamos. Soy la reina de la mala suerte y cuando digo mala suerte es que la tengo. Siempre me pasan cosan increíbles para no decir horribles, pero tampoco...