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Saben el momento en que estás viendo una película y tú corazón palpita tan fuerte que hasta sientes escucharlo. Pues bueno esa es la situación en la que estoy ahora. Acaban de poner una película sobre el parto natural y ¡Por mi madre que no quiero tener hijos!

¡Me niego a que mi vagina sufra de semejante deformidad! ¿Alguien sabe lo que es pujar a un bebé? Yo no, pero espero no saberlo nunca aunque la mujer de la película si lo sabe y por su expresión se qué querra tener un cuchillo de carnicero para picarle el pene a su marido con todo y testiculos cuando finalice su tortura.

- Que maravilloso es el parto - Priscila decía con una amplia sonrisa.

Yo la miré con la mandíbula desencajada y trate de controlar el impulso de preguntarle que si Felipe le había dado con su pene en la cara para tener ésa horrorosa idea. ¿Se han dado cuenta la impresión que me causo mi abuelo?

Felipe y Priscila tienen sus buenos revolcones en la azotea aunque quieran negarlo, pero se gustan hasta los huesos. Nunca he entendido ésa relación, él la cela y ella también, pero no terminan de oficializar. ¡El noviazgo es tan complicado como ir a pedir los cupones!

- Maravillosa sera la reconstrucción que tendra que pagar para que su vagina vuelva a ser la misma - murmure todavía viendo a la mujer pujar a ése engendro que parecía aguantarse de las paredes de la vagina de su madre para no salir.

- ¡Callate!- susurro en un grito mi amiga Laura que no dejaba de hacer preguntas delante de todos los chicos que estaban reunidos en la enorme cancha.

¡Por fin termino la película! Mi yo interno saltaba feliz de que había acabado, pero... maldita sea en la hora que nos quisieron dar esta mierda de conferencia sobre sexo.

La pantalla había sido encendida nuevamente y mostraban fotos de vaginas con distintas enfermedades por transmisión sexual. ¡Asqueroso! Cuando pensaba que no pasarían más comenzaron con los pe...ya ustedes saben no tengo ni que decirlo.

Yo pensaba que él de mi abuelo era horrendo, pero estos botaron la pelota definitivamente. ¿Qué Dios estaba pensando cuando los construyo? No quiero ni pensarlo, demonios.

Miro hacía atrás y me encuentro con aquellos ojos grises que últimamente me seguían por todos lados. Jeremy es un acosador y yo no lo sabía, pensé nerviosa. ¿Por qué me mira tanto?

Soy hermosa lo se, pensé nuevamente hinchando hacía al frente mis pequeños melones.

- Dana, cierto pajarito anda murmurando que el chico nuevo le gustas - susurro mi amiga mirandome con sus ojos miel bien achicados.

¿Qué rayos le pasa? ¿Acaso no me ve bien o... ¡No jodas tengo un moco!, pensé horrorizada.

- Por favor Laura si apenas empezamos hace una semana. Seré yo una diosa del olimpo - murmure sin darle importancia. Aunque si fuese cierto eso era algo genial. Nadie jamás se había interesado en mí, pensaba con mi subconsciente sonriendo como estúpida.

- Escuche que te iba a invitar al baile del sábado - no me miraba, su vista estaba fija en la pantalla que nos mostraba aquellas enfermedades sexuales.

¡Al baile! Oh mi Dios, ¿Qué debía hacer? Estaba claro que Jeremy era sumamente guapo y muchas veces sentía la necesidad de mirarlo sin que él lo notara, pero como Lucas era un amor imposible ya era momento de comenzar a vivir.

Debía tener nuevas experiencias y en lo que llevaba aquella horrible conferencia no paraba de pensar en lo aburrida que era mi vida mientras que mi hermana brinca y salta como una cabra. ¡Yo creo que no es virgen!

¿Sin suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora