Una de las peores cosas que ha cualquier chica le puede suceder es querer ir a comprar una dichosa prueba de embarazo y que tu madre le de por querer llevarte hasta el maldito colegio. ¿Quién quiere que su madre le lleve?
Ahora Karen y yo estábamos sentadas en el asiento trasero del auto. Ambas parecíamos dos zombies escuchando la música de los ochenta.
¡Dios santo! ¿Qué pecado he cometido para merecerme ésto?
— Esto si es música y no como la porquería de rapeo de ahora — decía mi madre manejando mientras cantaba.
¿Quién dijo que cantaba bien? Parecía a una cotorra con algo atorrado en la garganta.
Mamá lo siento, pero la verdad es la verdad. Te duela a ti o a cualquiera, pensaba mientras ideaba una manera de lanzarme por la ventanilla.
— Mamá por favor si más vieja ésa musica no puede ser. ¿Quién quiere escuchar a Phill Collins? Ya esta pasado de moda...
Mi madre pegó un frenazo que me hizo dar con el asiento del frente, dandome en el chinchón que ya tenia. ¡Jodio unicornio!
— ¿CÓMO TE ATREVES? PHILL COLLINS ES EL MEJOR ARTISTA. EL MEJOR, RETRACTATE AHORA MISMO — bramo mi madre girando su cabeza a mirarme.
Upps. Olvide recordarme y decirles que Phill Collins es su artista favorito. Por eso es que ella no se pierde a Tarzan cuando lo dan en la televisión porque usan varías canciones de ése artista. Si la vieran no lo creerían. ES INSOPORTABLE.
— No lo hare...porque es una por-que-ría — dije sonriendo de manera burlona y remarcando cada una de las palabras. Mi santísima madre abrió la boca y la cerro repetidas veces y apreto el acelerador.
Karen sofoco una carcajada y yo la fulmine con la mirada.
Cuando al fin llegamos al colegio mi madre solo dijo,que tengan un buen dia y PHILL COLLINS NO ES UNA PORQUERÍA. Luego arrancó a toda velocidad para no darme tiempo a replicar.
Mi madre era una ignorante.
— Yo espero que no estes embarazada porque te costara caro — dije apuntando con mi dedo a mi hermana que me miraba con ojos asustadizos. Karen llevaba la falda azul parecida a la de una monja porque no tuvo tiempo de cambiarse.
Que bueno para que sufra lo que yo sufro, pensé sonriendo de manera diabólica.
— Vamos que tenemos que tomar el autobús — la hale del brazo y caminamos deprisa por la acera.
Dios libre de que llueva porque mato a Karen y al idiota que la embarazo.
Por cierto, tengo planes para ése pulgoso chico, si Karen resulta embarazada. Primero hablaría con Bryan y Lucas para que lo atrapen. Le den quinientas patadas y quinientos puños además que lo castren y tiren sus mongos testículos al mar. Espero que haya una ballena y se los coma.
— ¿Autobús? Yo no me monto en ése aparato lleno de gérmenes — dijo mi hermana asqueada mientras intentaba recoger su cabello castaño claro en una coleta alta.
¡Que bien cabrona es! No, como Karen es especial hay que buscarle un carruaje o una limusina para llevarla. ¡No jodas!
— Karen no es el autobús público color violeta que siempre vemos. Es uno enorme con airé acondicionado y sin gérmenes.
Mi hermana sonrió encantada y corrió detrás de mí —. Pues si es así voy. Porque yo never in the life me montaría en aquél violeta que dicen que huele mal — decía haciendo enfasis en cada una de sus palabras.

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¿Sin suerte?
MizahSoy una chica normal de dieciséis años con problemas normales y una vida normal ni tanto que digamos. Soy la reina de la mala suerte y cuando digo mala suerte es que la tengo. Siempre me pasan cosan increíbles para no decir horribles, pero tampoco...