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— ¿QUÉ CARAJO HACES TÚ CON ÉSTO? — pregunto no, grito como histérica sosteniendo el vibrador.  Tres pares de ojos tenía la vista puesta en mí.

Mi hermano que miraba todo aguantando la risa, Karen que demostraba sorpresa y mi bendita madre que me miraba con furia.

— Es...es... es — tartamudeo nerviosa y sin dejar de mirar a mi madre que me acusaba con el vibrador.

— HABLA DE UNA MALDITA VEZ — me tomó del hombro y yo cerre los ojos con fuerza.

¿Qué digo?

— ES... DE BRYAN — chille como una loca. —.¿QUÉ? — mi madre y mi hermana lo miraron rápidamente y él abrio los ojos como platos.

— ESA MIERDA NO ES MÍA. ¿DÓNDE CREEN QUE ME LO VOY A METER?— se defendió con furia y me asesino con la mirada.

En el culo tal vez, pensé

— Bryan no me digas que eres del closet — mi madre se agarro la cabeza desesperada.

— NO. CARAJO TENGO NOVIA — levantó las manos como si estuviera en una campaña política. 

Danatella es hora de actuar. ¿Debería hacer ésto?  Es mi pellejo o él suyo. ¡Prefiero el mío!  Su hombría se puede arreglar luego.

— Bryan no tienes que mentir más.  Admite que me lo diste para que mi madre no lo supiera y por eso lo guarde en mi mochila.  Yo te acepto así como eres — puse mi mejor cara de comprensión y estaba que echaba fuego por la nariz.

— MIRA PENDEJA DEJA DE DECIR ESAS MIERDAS PORQUE TE REVIENTO EL TRASERO CON TÚ PROPIO VIBRADOR — estaba rojo de la irá y mi madre negaba con dramatismo.

— BASTA TODOS FUERA DE LA HABITACIÓN...Bryan y yo tendremos una charla.  Además todos vamos el domingo para la iglesia.  Deben sacarse todas ésas cosas pecaminosas que escandalizan sus ojos y el cerebro — nos echó de mí cuarto y cerro la puerta. 

Aproveche y pegue mi oreja a la puerta.  No me juzguen todos lo hemos  echó. 

— ¿Crees que Bryan es homosexual? — pregunto mi hermana en un susurro. 

— No sé — respondí viendo la duda en los ojos de Karen.  No nos llevabamos bien, pero había momentos que nos llevabamos como hermanas y la quería a mi manera. 

Las dos nos pegamos a la puerta para escuchar mejor y yo aguante las ganas de reirme.

— Bryan, tú eres mi hijo y te quiero mucho mi vida, pero si eres homosexual dímelo yo no te voy a juzgar y te querre igual — ja ya comenzó mi madre con el sermón.  Hay tienes Bryan por del zapato en la mañana.  Aunque creo que me he pasado un poco... solo un poco. 

— MAMA POR FAVOR QUE NO.  NO SOY GAY. ESO ES DE DANATELLA — grito enojado y me lo imagine caminando de un lado a otro.

Ésta me va a salir cara, pensé sobandome la frente.

— Bajame la voz, Bryan.  Porque estoy aquí y no estoy sorda.  Solo te diré una cosa mucho cuidado como te metes eso porque puede hacerte daño y...

— QUE NO...

— ...Y cuidado aquien le das el trasero porque puede tener alguna enfermedad contagiosa.  Guardalo y no le pidas a tú hermana que te guarde esa barbaridad — antes de que abriera la puerta Karen y yo corrimos sin rumbo fijo como locas para simular que no estabamos escuchando, pero la suerte no estaba de mi lado y se me enredaron los pies con los de mi hermana.  Ella se salvo entrando a su cuarto y yo caí como una estúpida en el suelo.

¿Sin suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora