¿Quién dijo que yo no me vengaria de Bryan? Parece que olvido que estuve cagando como pato amarrado en casa de su amigo, sin papel y termine sin pantis.
Hoy es el gran día de mi venganza y lo veré llorando por días. Lo siento tanto hermanito, pero una tragedia involuntaria le ocurría a tu cabello.
Era hora de ir al colegio y ya Lucas había recogido a mi hermano. Bien muy bien, pensé de manera maliciosa. Tomé mi mochila y salí del comedor para rápidamente subir a su habitación.
¡Dios santo! ¿Quién murio aquí? Olía a podrido santísima mierda.
El muy puerco tenía ropa tirada por todo el suelo y vasos por doquier. Su cama era de una plaza y su pequeña mesa de noche tenía muchos cd de música y PlayStation. No inpeccione nada más y fui directo a su comoda. Encima estaban todos los productos que mi hermanito usa para su precioso cabello y me sentí en cielo.
Ven a mi gel, pensé divertida.
Me abalance sobre el y lo abrí para luego echarle una considerable cantidad de pegamento. ¡Sí! Cuando estaba a punto de cerrar la tapa del gel escuché la voz de mi hermano por el pasillo.
No tengo tiempo para escapar.
Corrí rápidamente y me lance como toda una nadadora cuando va realizar su clavado y me escondí debajo la cama.
Bien, Danatella. Ahora solo falta guardar silencio y que el idiota de mi hermano se vaya.
— ¿Estás seguro que no hay nada? — pregunto la voz inconfundible de Beatriz.
¡No! ¡Que no venga a tener sexo! Cruce los dedos rogandole a Dios por su santísima misericordia.
— Claro que no hay nadie. Mamá ya debe de estar llegando al trabajo, Karen la recogió su amiga y la anormal de Dana tal vez ande corriendo detrás del autobús — explicó y Bea comenzó a reír.
¡¿Anormal?! ¡¿Yo?! ¡Anormal su madre! ¡Oh carajo es la mía también! Yo que estaba teniendo cargo de conciencia por lo que hice. ¡Ahora te jodes!
— Pues mi amor hazme tuya entonces — Comenzaron a escucharse unos ardientes besos que me dejaron de piedra.
¡Demonios tengo que ir al colegio! ¡Lo van hacer! ¡Los escucharé haciendo el chinito!
Vi las prendas caer al suelo y solteo un jadeó horrorizado. No quería ser testigo de esto, señor Dios mío salvame.
— Dime mi amor, ¿Quién soy?
— Eres mi super hombre...mi súper macho...mi super man — dijo soltando unos suaves suspiros.
¿QUÉ? OH MI DIOS SU SUPERMAN. NO JODAS BRYAN.
Quería reirme a carcajada limpia, pero tenía que ser fuerte. Tome un paño blanco y me tape la boca con el, para evitar hacer ruido. Cuando un extraño olorcito a mierda invadió mis fosas nasales.
¡Hijo de su madre! ¡Dejo un fucking calzoncillo sucio debajo la cama! Lo solte con horror e intenté no vomitar.
— Mi amor duro...más duro — decía Beatriz gimiendo como poseída y al parecer Bryan tenía turbo en su entrepierna porque el colchón se hundía una y otra vez.
¡Beatriz parecías tan inocente! Hasta cara de virgen tenía la descarada.
Bryan deberías quedarte impotente, pensé cansada de escucharlos gemir
— Dilo quiero escucharlo...
— SOY TU SÚPER CHICA — ohh santo cielos, Bryan tiene un serio problema.

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¿Sin suerte?
HumorSoy una chica normal de dieciséis años con problemas normales y una vida normal ni tanto que digamos. Soy la reina de la mala suerte y cuando digo mala suerte es que la tengo. Siempre me pasan cosan increíbles para no decir horribles, pero tampoco...