Capítulo 19

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Harry se quedó mirando la familiar figura de Voldemort. De alguna manera, el Señor Oscuro parecía terriblemente fuera de lugar aquí, en el despacho del director de Hogwarts un fragmento de un futuro oscuro que desgarraba el frágil tejido de un pasado más inocente.

¿Voldemort? ¿Aquí, en Hogwarts, en esta época? ¿Cómo puede ser esto? Estoy soñando, claro que estoy soñando. O tal vez este dulce e inmaculado pasado sea el sueño, y el oscuro Voldemort y yo las únicas personas reales en él.

La forma oscura se acercó. Sus ojos son diferentes. Les ha hecho algo, tal vez les a puesto algún hechizo, para que parezcan grises en lugar de carmesí. Es extraño que eso le haga parecerse más a Tom. Y sin embargo, no son del todo los ojos de Tom; la mirada de Tom es plateada, y la suya es de un gris más oscuro, como la piedra erosionada o el cielo lluvioso.

-¡Mi querido niño!- La voz de Voldemort era extrañamente suave. Harry creyó que su corazón se detendría cuando una capa oscura lo rodeó y lo envolvió en un repentino e inesperado abrazo.

-¡Ah, qué conmovedor!- La risita del profesor Dippet parecía venir de algún lugar lejano. -¡Qué ternura paternal!-.

-Qué alegría verte, Elias-. Voldemort lo abrazó con fuerza mientras hablaba con una voz cálida y agradable que parecía pertenecer a algún desconocido. La voz de mi guardián de ojos grises. Por un momento, Harry casi pudo imaginar que los brazos que lo rodeaban no eran los de Voldemort, sino los de un amigo y protector olvidado hace mucho tiempo, un guardián imaginario de sueños diurnos medio recordados.

Pero la voz plateada que le susurró al oído un momento después le resultó más familiar -Hueles a lluvia...- Era la voz que Harry había oído en un cementerio, en un futuro lejano. Voldemort. Qué extraño, pensar que te conozco desde mucho antes de enamorarme de Tom. Al principio, sólo estábamos tú y yo.

-¿Lluvia? Estaba empezando a lloviznar de nuevo, en el campo de quidditch-, susurró Harry, intentando desesperadamente averiguar si estaba despierto o soñando.

La capa de Voldemort, presionada contra la cara de Harry, se sentía áspera contra su mejilla. Harry respiró un aroma desconocido de lana húmeda, niebla y almizcle. Era el olor de Tom y, sin embargo, no era en absoluto el de Tom. Harry levantó la cara y, de repente, sintió que la mejilla de Voldemort se pegaba a la suya por un momento. La suave e inesperada caricia dejó a Harry sin aliento. Podía oír el correr de la sangre en sus oídos y en algún lugar, muy cerca, una suave respiración. Sintió un latido en alguna parte, un ritmo fuerte, pero le llevó un momento comprender que era el corazón de Voldemort, que latía contra su propio pecho.

El abrazo duró sólo un breve instante. Luego, el desconocido -(Voldemort, recordó Harry)- se dio la vuelta y comenzó a intercambiar algunas galanterías convencionales con el profesor Dippet y Slughorn, mientras Harry permanecía en silencio a su lado. Harry fue incapaz de mirar el rostro de Voldemort; su mirada desconcertada se detuvo en la manga de la capa oscura. De color negro. Voldemort siempre vestía de negro. Harry se dio cuenta de que siempre había pensado vagamente en la capa de Voldemort como un manto de oscuridad nocturna que lo rodeaba, una negrura absolutamente impenetrable. Pero ahora que veía la capa tan de cerca, en la cálida y parpadeante luz del despacho del profesor Dippet, Harry se dio cuenta de que la negrura era una abstracción; la capa no era totalmente negra, después de todo. Sólo a distancia su tela parecía totalmente negra; de cerca pudo ver que el tosco material de la capa tenía finos y casi imperceptibles hilos de verdín y carbón y plata que la atravesaban. Es extraño lo diferentes que parecen las cosas cuando están tan cerca. Incluso la capa de Voldemort. Incluso Voldemort.

-Sé que querías hablar conmigo, Elías. Me disculpo por no haber venido a verte antes, pero me costó un tiempo poder... alejarme-. La voz de Voldemort había vuelto a ser la de un extraño. Se volvió hacia Armando Dippet, que los miraba con una pequeña sonrisa. -Director, ¿hay algún lugar donde pueda hablar a solas con mi pupilo? Tenemos que ponernos al día, como ve, y no quiero seguir abusando de su hospitalidad al quedarme aquí en su despacho tan tarde-.

TO KILL YOU WITH A KISS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora