Capítulo 22

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-Disculpe, Sr. Gaunt...-

-¿Tiene un momento, Sr. Gaunt?-

Para sorpresa de Harry, Eileen Prince y Druella Rosier los esperaban en el pasillo fuera del aula de pociones. Druella miraba a Voldemort con una mirada de adoración que hizo que Harry se estremeciera. Harry había visto esa mirada en el futuro; Bellatrix solía mirar a Voldemort con una expresión muy similar.

-¿Es cierto, señor, lo que decía Abraxas, que se encontró con hombres-tigre durante sus viajes por Assam?- Druella sonaba un poco sin aliento.

-¿Hombres-tigre?- Voldemort sonrió ligeramente.

-Nos encantaría escuchar más sobre sus viajes, señor Gaunt-, dijo Eileen Prince en voz baja.

-¿Tal vez tomando una copa?-, sugirió Druella.

Voldemort la miró pensativo. -¿Le gustaría ofrecerme un trago, jovencita?-.

Los ojos oscuros de Druella se detuvieron en su rostro. -Hay un excelente vino hecho por los elfos en la sala común de Slytherin, señor-.

Voldemort se volvió hacia Harry. -¿Qué dices, Elias? ¿Debería unirme a estas dos encantadoras damas para tomar una copa?-.

Harry lo miró fijamente. Voldemort no estaba considerando seriamente la posibilidad de beber el vino de Druella, mezclado con amortentia, ¿verdad?.

Voldemort se rió. -Ah, viendo que mi pupilo parece tan escandalizado ante la idea, creo que será mejor que no lo haga. Tengo que dar un buen ejemplo al chico, ya ves. Me temo que no puedo permitirme el lujo de beber vino hecho por los elfos a media mañana. ¿Quizás en otro momento?-.

-Cuando le venga bien, señor-. Druella sonrió a Voldemort, lanzó a Harry una mirada desagradable y desapareció por el pasillo con Eileen.

Harry se quedó mirando tras ellas mientras se perdían de vista. Luego miró a Voldemort. -No habrás... ¿verdad?-.

Voldemort se rió. -Oh, no te preocupes, Harry. Creo que haría falta algo más que un poco de amortentia para que me enamorara de Druella o de Eileen. La idea de que cualquier... ah... indiscreción por mi parte podría convertirme en el padre de Bellatrix o Severus es más que suficiente para contrarrestar incluso la poción de amor más potente-. Hizo una mueca.

Harry no pudo evitar sonreír. -Vamos; no queremos llegar tarde a Defensa Contra las Artes Oscuras con Tom-.

-¿Defensa contra las Artes Oscuras?- Voldemort se iluminó. -No puedo esperar. Ah, y tengo que acordarme de hablar con Tom; me temo que uno de los viales de amortentia salió de la clase de pociones en posesión de alguien que no era alumno...-

-¿Qué? Oh, Merlín, no querrás decir que Slughorn...- Harry se estremeció. -Sí, creo que será mejor que advirtamos a Tom sobre eso-.

Harry y Voldemort caminaron rápidamente por los pasillos casi vacíos hacia el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Ya iban un poco tarde; la mayoría de los alumnos ya estaban en clase. Harry miró con curiosidad a su compañero vestido de oscuro mientras caminaban. Voldemort. Aquí en Hogwarts. Mi guardián, velando por mí. Debería haberse sentido completamente mal, pero de alguna manera no se sentía mal en absoluto.

Una figura alta y solitaria les esperaba fuera del aula. Cuando se acercaron, Alphard Black sacó su varita y apuntó a Voldemort, con una expresión sombría en el rostro.

-Buenos días, Alphard-, dijo Voldemort agradablemente.

Alphard se volvió hacia Harry. -Har... quiero decir, Elias, ¿qué está pasando aquí? Tu tutor es... ¿Voldemort? ¿Cómo puede estar aquí, en esta época? ¿Es una amenaza para ti?-.

TO KILL YOU WITH A KISS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora