c u a t r o

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—Cierra los ojos— le pidió a Changbin, su mejor amigo y este obedeció— No los abras, ¿ok?

—Ok — esté le contestó una sonrisa y él sacó la pequeña cajita de su mochila.

—Ya, ábrelos— cuando los abrió y vio aquella cajita no pudo sentirse más feliz.

—¡Te acordaste!

—No lo olvidaría por nada en el mundo— lo abrazó entre sus delicados brazos — ¡Feliz cumpleaños!

—¡Gracias, Seungmin!— con emoción abrió su regalo y agrandó los ojos de más por la sorpresa que se llevó. Le había comprado un bonito y caro reloj — ¡Wow, esto es... fantástico! ¿de dónde sacaste dinero para pagar algo así?

—Estuve ahorrando— mintió —¿Te gusta?

—Me encanta— sonrió y volvió abrazarle —Muchas gracias, en serio.

Minutos más tarde, ambos se encontraban en clases y como de costumbre Changbin respondía a escondidas los mensajes del celular. Mientras que Seungmin no había podido olvidar la noche que conoció a "CB", no podía sacar al chico de su cabeza, había estado soñando despierto al pensar en sus manos recorriendo su cuerpo, en sus besos, sus gestos, sus gemidos, todo de aquel chico de cabellos negros le había fascinado, pero lamentablemente este no le había mandado ni un mensaje.

Y si, era demasiado bueno para ser verdad, aunque también estaba agradecido con eso, pues sería una pena que supiera que en realidad era un chico de dieciocho años, que estudiaba el último año de preparatoria.

Con el dinero que CB le había dado, compró el regalo de Changbin, le había alcanzado para comprarle ese bonito reloj y no le importó en absoluto si no se había gastado ni un solo centavo en él, pues amaba con todo su corazón a su mejor amigo. La madre de Seungmin, ni siquiera había sospechado nada, aunque si le había preguntado de donde había sacado el dinero y él simplemente respondió "ahorre", eso fue suficiente para que ella no hiciera ninguna pregunta más.

¿Mal de su parte? si, tal vez, porque su hijo lo había conseguido de una manera incorrecta y ella ni siquiera lo imaginaba, siempre prefirió darle su privacidad.

Kim Jaehee, una mujer de treinta y ocho años, pelinegra y muy hermosa, había tenido a Seungmin muy joven, a la edad de veinte años, su padre era un hombre mucho mayor que ella, tenía dinero y por eso creía que podía tener a las personas comiendo de su mano, lamentablemente Jaehee era una chica que se había ilusionado, había creído en las palabras falsas de aquel hombre y se embarazó, obviamente él no quiso hacerse cargo y pues lo demás es historia.

Ahora salía con Jaeyong, un hombre dos años mayor que ella, él parecía entenderla y quererla, pero había comenzado a marcharse todos los fines de semana con aquel, a veces ni siquiera llegaba a dormir y era por eso que Seungmin comenzó a salir por las noches, pues no había nadie que le detuviera o le dijera que estaba mal ir a una discoteca vestido de esa manera, en donde asistían hombres probablemente borrachos.

Oh Daddy ᶜʰᵃⁿˢᵉᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora