q u i n c e

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—¿Cuerdas?

—Son para ti, pequeño— se acercó a él.

—¿Vas amarrarme, Daddy? —le miró con una sonrisa maliciosa.

—¿No es problema? —preguntó y Seungmin negó con la cabeza mientras le extendía sus manitas —Eres bueno, bebé.



Chan dejó las cuerdas a un lado para subir encima del chico, sin poner todo su peso, con cuidado le quitó la gargantilla para comenzar a besar y chupar su cuello, desabrochó el botón de su pantalón, le bajó el cierre y con su ayuda se lo quitó, dejando así, al rubio en bóxer y comenzó a restregar su erección contra la de suya sin dejar de besarle el cuello y clavícula.



—Daddy... — gimió con la boca entreabierta al sentir la dura erección del chico, quien le dejó desnudó por completo.





Los labios de Chan chocaron contra los gruesos y húmedos labios, para comenzar a besarlo y él sin dudarlo le correspondió, estar con Chan de esa manera tan intima era algo que ni él podía explicar como se sentía, era simplemente lo mejor que alguna vez le pudo pasar, eran demasiadas sensaciones al mismo tiempo, pero sin duda la mejor era el placer que sentía.

El mayor bajó su mano a la entrada de Seungmin, estaba tan húmedo qué metió uno de sus dedos con facilidad dentro de si, esté soltó un gemido al sentir aquello y sonrió para sus adentros ya que sus gemidos eran como su melodía favorita.



—Estas tan excitado, ¿no es así? —preguntó con voz ronca, mientras metía sus largos y finos dedos dentro de su interior.

—Oh, dios... — gimió, mientras aferraba las manos a las sabanas— Por favor Daddy, fóllame ya.





Él mayor llevó el rostro a su cuello y comenzó a olerlo mientras le mordía suavemente, por alguna razón el olor de este le fascinaba, le volvía loco en pocas palabras, pues olía tan bien, de una manera que no podía explicar. Se separó por fin del rubio y tomó las cuerdas, Seungmin extendió una vez más sus brazos como todo un chico obediente.





—Lleva tus manos a tu espalda—le pidió y este obedeció, ni siquiera supo como, pero le había pasado la cuerda por los hombros y pecho, finalmente le hizo un nudo por la espalda, dejando sus dos manos amarradas y pegadas a esta —Espera.



El pelinegro sacó un condón de su cajón y se lo colocó, se sentó en la cama apoyando su espalda contra la cabecera y ayudo a Seungmin a subir en su regazo.



—¿Te duele? —le preguntó y este negó con la cabeza —Bien, abre un poco más las piernas, pequeño.



Seungmin obedeció de inmediato, estaba tan ansioso por lo que venía que, de solo recordar lo bien que se sentía tener el pene de Chan dentro de si, hacía que se estremeciera y se mojara aún más. Él mayor llevó una mano a su espalda para acercarlo y comenzar a lamer y morder ligeramente uno de sus le pezones, mientras con su otra mano acariciaba sus muslos.

—Daddy, por favor — rogó una vez más.

Chan alineó su erección en su entrada y alzó su pelvis para entrar lentamente dentro de ella, soltó un gemido, pues estaba tan estrecho y eso era tan placentero para él.

—Dios, Seungmin, aprietas mi polla de una manera tan deliciosa —dijo mientras elevaba una y otra vez su pelvis para penetrarlo, Seungmin busco la manera para moverse de adelante hacía atrás sin perder el equilibrio.

—Mmgh, Daddy así — habló sin pudor, el placer que él le daba nunca antes nadie se lo había dado, era algo nuevo, tanto que no sabía como manejarlo, no sabía si debía gritar, llorar o gemir, era como estar en el cielo y Chan se sentía de la misma manera, lo estaba disfrutando tanto como él. Con una mano envolvió la espalda de Seungmin para ayudarlo a moverse y con la otra le estrujaba y acariciaba el trasero.

—Pégame Daddy, deja mi piel caliente y roja con tus manos —pidió mientras jadeaba y Chan entendió lo que quería, así que estampó la mano contra su trasero haciendo que el fuerte sonido se escuchara — Uh, si... más fuerte.



Esta vez lo nalgueó aun más fuerte, repitió aquello una y otra vez mientras lo penetraba, esto a Seungmin le dolía, pero en vez de quejarse, gimoteaba y pedía más, pues sentía mucho placer y entonces descubrió que tenía un fetiche más. Ambos estaban perdidos en un paraíso de placer, Chan se movía más rápido y profundo para sentirlo aún más, ambos gimoteaban y jadeaban, el sudor de su cuerpo se mezclaba y lo único que deseaban era llegar a su orgasmo juntos. El miembro erecto de Seungmin se encontraba entre su abdomen y el de Chan y al moverse hacía adelante fricción, era tan placentero que no podía aguantar más.



—Chan... voy a correrme —avisó, pues mancharía el pecho del chico con toda su esperma, pero él no pensaba dejar de follarle, así que sin poder resistirse ni un segundo más, entre gemidos desesperados depositó su esperma caliente sobre este.

—Muévete pequeño, haz que tu papi se corra también —pidió Chan con el ceño fruncido y la boca entreabierta, Seungmin comenzó a mover las caderas en circulos al mismo tiempo que él le empujaba hacía adelante, a pesar de que Seungmin ya se había corrido seguía disfrutando de aquello. Chan comenzó a gemir una y otra vez el nombre del contrario, su orgasmo estaba llegando así que cerró los ojos con fuerza, mientras él rubio se movía más rápido a propósito y así finalmente, se corrió dentro del condón.



Una vez que salió de Seungmin, lo bajó con cuidado de su regazo, se deshizo del condón y comenzó a desatarle las manos, se sorprendió al ver las marcas de la cuerda en su espalda y manos, pues lo había atado un poco fuerte y no habían durado muy poco que digamos.



—Lo siento, pequeño —se disculpó en cuanto había notado las marcas en sus brazos —¿Te duele?



Seungmin en vez de contestar estampó sus labios contra los suyos, no le importaban las marcas o el poco dolor que sentía, porqué le había encantado tanto el sexo que acaba de tener, ¿estaba mal disfrutarlo tanto? no lo sabía, pero lo que si sabía era que CB en la cama era como una droga y que poco a poco se estaba haciendo adicto.



—Seungmin, te lastime —le dijo cuando por fin dejaron de besarse—Dime, ¿te duele mucho?

—No, no me duele—mintió— Me ha gustado, no te preocupes.

— ¿Estas seguro?

—No sabes lo mucho que me ha excitado —sonrió coquetamente—Tanto que quisiera repetirlo, joder, me encanta sentirte.



El mayor se sorprendió al oír hablarle así, Seungmin era un chico muy sexy y caliente a la hora de tener intimidad, parecía que nada le avergonzaba y eso le encantaba, tanto que ya no sabía si era capaz de terminar con lo que tenían.



—Eres tan increíble, ¿sabes?—preguntó CB—Mereces un bonito y caro regalo de mi parte.

—Gracias, Daddy—contestó mientras se ponía la ropa de nuevo— Y lo sé, soy tan fascinante.




















—Gracias, Daddy—contestó mientras se ponía la ropa de nuevo— Y lo sé, soy tan fascinante

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Aquí estamos y no nos vamos. Yo también quieto un daddy *llora*

Oh Daddy ᶜʰᵃⁿˢᵉᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora