t r e i n t a y c u a t r o

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Chan había llevado a Seungmin en sus brazos hasta la habitación, le había quitado completamente la ropa, dejándole desnudo al igual que él, esta vez si lo recordaron y se había colocado un condón, ahora se encontraban compartiendo un momento tan intimo, el sudor de sus cuerpos se mezclaba, sus gemidos y jadeos eran lo único que se escuchaban en aquella habitación, por un momento se habían olvidado por completo de aquel "trato" que habían hecho, solo eran dos chicos dejándose llevar por lo que sentían, dejando que sus sentimientos tomarán el control de ese momento y tratando de controlar el deseo y la necesidad de tenerse.

Seungmin se encontraba debajo de su cuerpo, él se apoyaba de los hombros del rubio para entrar y salir de su interior, fue entonces cuando Seungmin enrolló sus brazos a su cuello y lo besó, fue un beso delicado, suave y lleno de pasión. Chan estaba moviéndose como aquel beso, delicadamente, como si él fuese lo más frágil y no quisiera lastimarlo.



—Chan... —habló entre besos, él necesitaba decir lo que estaba sintiendo en ese momento, deseaba decirlo, que lo supiera, que estaba enamorado también.



Bang dejó de besarlo y lo miró sin dejar de moverse, ambos se veían fijamente y el corazón de Seungmin estaba a punto de salir de su pecho, aquellos ojos canela que tanto le gustaban le miraran como si fuese una obra de arte y eso le hacía sentir bien, le hacía sentirse único en su corazón.



—Yo... yo estoy enamorado también —confesó al fin, él pelinegro sonrió y quitó las manos del chico que enrollaban su cuello para colocarlas a un lado de su cabeza y entrelazarlas con las suyas, entonces pegó su pecho al de suyo y le susurró al oído;

—Quiero que seas solo para mi —bajó su boca hasta su cuello para comenzar a morderlo y besarlo, mientras entraba con más profundidad dentro de él, provocando que esté comenzará a gemir fuertemente.



Deseaba oír de las propias palabras de Seungmin escuchar que era suyo, no de Minho, ni de otro chico más, solamente suyo, porque él era de Seungmin desde el momento en que lo conoció, no había estado con nadie más y no quería, encontraba toda la satisfacción y felicidad con aquel rubio, era como si durante mucho tiempo lo estuviera esperando a él y solo a él.



—Lo soy, Daddy—contestó mientras aferraba sus manos a las de él, desesperado por sentir más placer levantaba las caderas una y otra vez —Sólo tuyo...

—Yo soy completamente tuyo, pequeño —lamió su mentón y después besó sus labios— Me tienes jodidamente adicto a ti.

—Mmgh, si — gimió al sentir que golpeaba su punto más débil y él comenzó a moverse más rápido sin soltar sus manos, porque de esa manera lo sentía más intimo. Seungmin gemía una y otra vez su nombre, mientras mantenía los ojos cerrados con fuerza sintiendo su orgasmo llegar y para él pelinegro bastó con oír aquello y sentir lo apretado que estaba su miembro para correrse también dentro del condón, por lo contrario, el menor se corrió en su propio abdomen.



Chan se recostó a su lado y al recordar lo que Seungmin le había dicho, sonrió y sin poder aguantarse lo abrazó, apoyó su cabeza en el pecho de este sintiendo los latidos de su corazón.



— ¿Así que estás enamorado?

—Solo lo dije por el momento —contestó mientras acariciaba su cabello.

— ¿De verdad? —preguntó desilusionado mientras levantaba la cabeza para mirarlo — ¿No estás enamorado de mi?

—Dios, no pongas esa carita —se rió— Estoy bromeando, si, lo estoy.

Oh Daddy ᶜʰᵃⁿˢᵉᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora