Luna Potter es la hija de Harry Potter, el mago más famoso del mundo mágico. Al cumplir once años, su padre le revela un gran secreto de su pasado: cuando tenía seis meses, una profecía ató su destino al de la Hija de la Serpiente, una villana que b...
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Valle de Godric. 31 de octubre, 2010
Los Potter caminaban tranquilamente por las calles vacías. Era casi medianoche y la luna brillaba sobre sus cabezas. Como cada año desde 1998, Harry visitaba el Valle de Godric, su pueblo natal, para recordar a sus padres Lily y James, que habían muerto cuando él solo era un bebé. Pero esta era la primera vez que lo hacía con su familia: su esposa Ginny y sus tres hijos, James, Albus y la pequeña Lily...
—Aún no creo que hayan pasado ya veintinueve años... —Distraídamente, dirigió su mano a su frente, donde aún seguía su cicatriz de rayo, el único recordatorio de aquella noche en que sus padres se sacrificaron por él.
Siguieron avanzando y llegaron a la plaza central, donde estaba la iglesia St. Jerome y un obelisco a los héroes caídos, se acercaron a éste y se transformó en una estatua: un hombre de cabello revuelto y gafas redondas junto a una mujer que llevaba a un bebé en brazos.
—¿Quiénes son? —preguntó James a su madre.
—Son tus abuelos James y Lily, tesoro. —Al ver que se llamaba igual que su abuelo, al niño se le iluminaron los ojos.
—¿Y quién es el bebé? —preguntó Albus con curiosidad.
—Es papá, cuando era un bebé —le respondió Ginny.
—¿Pero qué hacen papá y los abuelos ahí, mamá?
Ginny no supo qué responder, entonces, Harry se acercó a su hijo mayor y le dijo:
—En algunos años lo sabrás, James.
James abrió la boca, pero antes que pudiera decir algo fue interrumpido por su madre.
—Harry, ¿dónde está Lily? ¡Estaba aquí hace un momento!
╰☆☆ ... ☆☆╮
Mientras sus padres observaban la estatua, Lily vio a una enorme mariposa que revoloteó cerca de ella. La niña extendió su mano y el hermoso insecto se posó sobre ella. Entonces, la mariposa la llamó con una dulce voz:
—Lily... Lily... —Comenzó a volar otra vez y unos metros más allá se posó en una flor.
—Lily... Lily... —llamó nuevamente y voló un poco más —. Sígueme Lily... por aquí.
La niña la siguió, como hechizada por sus palabras, y comenzó a alejarse de su familia, que no notó su ausencia hasta varios minutos después. La mariposa siguió volando hasta que llegaron a una casa en ruinas; el segundo piso estaba casi completamente destrozado y las paredes estaban cubiertas de enredaderas. Aquella casa había pertenecido a sus abuelos y a su padre, y quedó destruída cuando Lord Voldemort los asesinó y su padre, siendo solo un bebé, lo derrotó, veintinueve años atrás.
De pie junto a la casa, había una chica. Era alta y delgada, y no parecía tener más de quince años. Tenía una capa negra que cubría su cabeza, pero que no alcanzaba a ocultar del todo su cabello blanco como la nieve y sus ojos azules, que brillaban como dos estrellas solitarias en el cielo nocturno. En su mano derecha sostenía una larga varita de pino, que iluminaba levemente su alrededor.
