Luna Potter es la hija de Harry Potter, el mago más famoso del mundo mágico. Al cumplir once años, su padre le revela un gran secreto de su pasado: cuando tenía seis meses, una profecía ató su destino al de la Hija de la Serpiente, una villana que b...
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—¡Apresúrate Luna! —gritó Ginny desde la puerta.
—¡Ya voy mamá! —respondió Luna desde arriba.
Unos segundos después, Luna bajó corriendo para encontrarse con su madre y sus hermanos, que la estaban esperando en el pasillo.
—¿No tienes calor? —preguntó Albus cuando vio la chaqueta que Luna llevaba puesta.
—No, para nada.
En realidad, Luna sí tenía calor, ya que ese verano había sido más caluroso de lo normal, pero no quería que sus primos vieran su nueva cicatriz. No podía dejar de pensar en lo que pasaría si ellos se enteraban, especialmente Hugo. Él era su mejor amigo y lo que menos quería era que la juzgara por eso, o que estuviera fascinado con su cicatriz y con todo lo que pasó. No quería que nadie la tratara diferente. De pronto se dio cuenta de la ausencia de su padre.
—¿Dónde está papá? —preguntó.
—Fue por Chris. No debería tardar, pero supongo que se quedó hablando con el tío Dudley —respondió Albus encogiéndose de hombros.
Chris Dursley era el único primo que tenía por parte de su padre. Era de la misma edad de James y ambos fueron grandes amigos desde siempre. Fue grande la sorpresa que todos se llevaron cuando cinco años atrás Chris recibió su carta de Hogwarts y descubrió que era un mago. Desde entonces solía pasar mucho tiempo en casa de los Potter y en la Madriguera. Al cabo de unos minutos, se escuchó un crack y Chris y Harry aparecieron en el pasillo.
—¡Hola a todos! —saludó Chris.
Era un chico bastante alto y delgado. Su cabello era negro, algo largo y lo tenía peinado fírmemente hacia atrás. Sus ojos eran de un azul muy intenso y su rostro reflejaba amabilidad.
—¡Hola, cariño! —dijo Ginny abrazándolo.
—Hola, tía Ginny.
Chris se separó de su tía tan pronto como pudo y se volvió a Luna, que lo saludó muy animada. Él era uno de sus primos favoritos.
—¡Hola, Chris! —dijo Luna.
—¡Feliz cumpleaños Luna! Papá te manda saludos —respondió él.
—Hola, Chris... ¿Qué le pasó a tu cabello? —dijo Albus —. ¿Acaso Fluffy te peinó o qué?
Chris puso los ojos en blanco. Se pasó la mano por el cabello y lo desordenó.
—No. Es baba de caracol, ¿sabías que ayuda a mantener el cabello hidratado?—dijo con sarcasmo.
—Eso es asqueroso... —comenzó James, pero fue interrumpido por su hermano.
—Por favor James. ¿En serio le creíste? —dijo riendo —. No está hablando en serio, lo que tiene es fijador, ¿no Chris?
