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Las semanas que siguieron fueron bastante tranquilas

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Las semanas que siguieron fueron bastante tranquilas. Luna dejó de tener pesadillas tan seguido y eso mejoró considerablemente su ánimo. También decidió seguir el consejo de su padre, por lo que el resto del verano lo pasó con sus hermanos y con Chris. Y casi sin darse cuenta, llegó el tan esperado 1 de septiembre.

Como era usual, ese día reinaba un total caos en la casa. James iba de un lado a otro buscando su insignia de Prefecto, Albus no podía encontrar su permiso de Hogsmeade y su madre los perseguía pidiéndoles que se apresuraran. Luna observaba la escena divertida mientras terminaba de desayunar. En eso llegó su padre cargando varios paquetes.

-Ron les mandó esto. «Regalos de inicio de curso», según él.

Le entregó a James un paquete pequeño que resultó ser un peine, a Albus le dio una bolsa con un Filtro de Amor y a Luna le entregó una caja con alas de hada. Entonces, para empeorar el caos, James soltó un grito.

-¡Mi cabello! Papá, ¿qué es esto? -dijo mientras salía de la habitación.

Su cabello se había vuelto rosa.

-¡Arréglalo, papá! No puedo ir a Hogwarts así. ¡Nadie me tomaría en serio!

Su padre rio y deshizo el hechizo con un movimiento de su varita. Acto seguido, le entregó otro paquete.

-Ya sabes cómo es Ron, hijo... Pero, ¿qué te parece si mejor abres esto?

James lo abrió, descubriendo la Capa de Invisibilidad. Luna vio cómo su rostro se iluminaba.

-¿En serio, papá? -dijo, poniéndose la capa sobre los hombros. Su cuerpo desapareció y pareció que su cabeza flotaba en el aire.

-Aún no es del todo tuya... -dijo su padre-. Primero debes demostrar que la usarás bien.

James asintió con emoción. Entonces Albus apareció, sobresaltándose al ver a James medio invisible.

-¿Qué rayos...? -dijo, pero entonces entendió-. La capa, ¿no?

Su padre asintió.

-Y esto es para ti -dijo entregándole un pergamino viejo.

Albus abrió mucho los ojos y miró el pergamino con interés. Luna ya se imaginaba lo que sus hermanos harían con la capa y ese mapa.

-¡Gracias, papá!

Entonces Harry le pidió a Luna que lo acompañara. Fueron a la habitación de Luna, donde aún seguía el baúl abierto, completamente vacío.

-¿Quieres que te ayude a empacar? -preguntó su padre con dulzura.

-Supongo que sí -respondió Luna encogiéndose de hombros.

Luna y su padre empacaron juntos las cosas de Hogwarts, completamente en silencio. Al terminar, ambos se sentaron sobre la cama de Luna.

-Hay algo que quisiera entregarte, algo que creo que podría ayudarte a entender.

Luna Potter y los Juegos del CentauroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora