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La mente de Harry iba a mil por hora

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La mente de Harry iba a mil por hora. Mientras le tomaba el pulso a su hija y se aseguraba de que su corazón estaba latiendo, cientos de preguntas cruzaban por su cabeza. ¿Qué acababa de pasar? ¿La Hija de la Serpiente estaría involucrada? ¿Luna iba a estar bien? Se puso en pie y de pronto sintió una aversión a la multitud que estaba aglomerada a su alrededor. Sin suavizar su tono cortante, les pidió que abandonaran el aula. Pronto, los Potter se encontraron solos.

—Albus, ve a la Enfermería y avísale a Madame Pomfrey que vamos para allá.

El chico asintió y salió corriendo. Harry se volvió a James.

—Busca a la Profesora McGonagall, necesito hablar con ella.

En cuanto su hijo mayor desapareció de su vista, Harry hizo aparecer una camilla debajo de Luna y la llevó levitando hasta la Enfermería. Allí, Madame Pomfrey los estaba esperando junto con Albus, que estaba sentado en un rincón. Entre ella y Harry, colocaron a Luna sobre una de las camas y la enfermera empezó a examinar a la más pequeña de los Potter.

Por medio de una serie de hechizos revisó su pulso, su respiración, su presión arterial y su temperatura; luego revisó su peso, su estatura y el funcionamiento de sus órganos. Sin pronunciar palabra, anotó cada observación en un pergamino. Revisó sus reflejos, y al ver que Luna no reaccionaba emitió un sonido de preocupación.

En ese momento, James y la Profesora McGonagall entraron apresuradamente a la estancia.

—¿Qué sucedió? —preguntó la Directora.

—No tengo idea, profesora —respondió Harry—. De la nada, Luna se desplomó.

McGonagall se dirigió a Madame Pomfrey, que seguía examinando a Luna.

—¿Qué has encontrado, Poppy? 

—La señorita Potter tiene la presión baja, al igual que su temperatura y peso. Está muy pálida y demacrada, y revisé ligeramente sus niveles hormonales y no están bien. No tiene reflejos y sus órganos no están funcionando al cien por ciento. Por último revisé su energía, y está prácticamente agotada. Además, solo basta un vistazo para ver que la chica no ha dormido ni comido nada bien durante un largo tiempo. Me atrevo a decir que lleva al menos una semana sin dormir en absoluto.

James y Albus intercambiaron miradas de preocupación. La expresión de la Profesora McGonagall era indescifrable. Harry se volvió a sus hijos.

—¿Ustedes no sabían nada?

Ambos negaron. Harry se dirigió a Madame Pomfrey.

—¿Qué tan grave está Luna?

La enfermera suspiró.

—Me temo que para determinar eso, hay que esperar a que la señorita Potter despierte. Tengo que saber exactamente por qué no ha dormido bien y cuánto tiempo lleva sin dormir.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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Luna Potter y los Juegos del CentauroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora