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Roxanne quedó boquiabierta y no dijo nada durante un buen rato

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Roxanne quedó boquiabierta y no dijo nada durante un buen rato. Luna bostezó. Miró hacia la ventana. El cielo estaba clareando, lo que significaba que estaba por amanecer.

—¿Por qué no me habías dicho antes?

Luna puso los ojos en blanco, pero Roxanne siguió hablando.

—Quiero decir, te creo en que tus padres no te dijeron hasta tu cumpleaños. Pero... confiaste más en Lara y en Nick que en mí. ¿Por qué?

—Bueno... no lo sé —respondió Luna, evitando el contacto visual—. Supongo que no quería que ocurriera lo mismo que con Hugo.

—Hugo es un idiota. Siempre ha sido así, y lo sabes. A Lucy y a mí nos dejó de hablar sólo porque no accedimos a dejar de hablarte. Ahora se junta con Daniel Prince y su banda de Hufflepuffs renegados.

—¿De Hufflepuffs qué? —preguntó Luna.

—Hufflepuffs renegados —explicó Roxanne—. Al menos, así los llamamos Freddie y yo. Son chicos que querían quedar en otras casas pero terminaron en Hufflepuff. Por ejemplo, Prince quería quedar en Slytherin. Como fue seleccionado para Hufflepuff, ahora se autoproclama un error del Sombrero Seleccionador, y así como él hay otro montón de chicos. Entre ellos, Hugo.

—Por una vez estoy de acuerdo con Hugo —sentenció Luna—. No es un Hufflepuff. No es como Teddy.

Volvió a dirigir su mirada a la ventana con melancolía, donde el cielo se había vuelto una mezcla de tonos rojizos, mientras el Sol comenzaba a asomarse tras las montañas.

—Bueno, es que es imposible ser como Teddy. Él es el Rey de Hufflepuff.

Luna sonrió y rio entre dientes. «El Rey de Hufflepuff», esa definitivamente era la mejor forma de describir a Teddy.

╰☆☆ ... ☆☆╮

—¡Despierta, Luna! —llamó Roxanne, zarandeando a su prima bastante bruscamente.

La chica despertó de mal humor. No había dormido nada bien y lo único que quería era seguir durmiendo. Abrió los ojos y se encontró con los ojos marrones de su prima, que la miraba con una expresión apremiante. Fue entonces que recordó qué día era.

—¡Roxanne! —exclamó.

—¡¿Qué?!

—¿Por qué no me dijiste que hoy era jueves?

—No lo sé. Tal vez estaba demasiado ocupada tratando de despertarte, ¿no crees?

Luna puso los ojos en blanco, pero salió de su cama de un salto, tomó su túnica y fue al baño. Se alistó lo más rápido que pudo y cinco minutos después estaba de vuelta en su habitación, donde Roxanne la esperaba.

—Al fin. Pensé que te habías atascado allí dentro —dijo la chica.

—Muy gracioso —dijo Luna con sarcasmo y salió de la habitación. Roxanne la siguió.

Luna Potter y los Juegos del CentauroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora