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Harry y Ginny estaban destrozados

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Harry y Ginny estaban destrozados. Las palabras de Luna no dejaban de resonar en sus cabezas

«... ¡Me mentiste! ¡Tanto tú como mamá!».

Tenía razón. Ellos le mintieron.

Cuando Luna salió de la habitación, Harry se levantó para seguirla pero James lo detuvo.

—Espera, papá... Déjame a mí. —Salió de la sala.

Los tres Potter que quedaron en la habitación parecían no estar allí. Albus y Ginny estaban ensimismados, pensando en lo que acababa de pasar. Harry, por otra parte, caminaba de un lado a otro. De pronto, Albus salió de su ensimismamiento y dijo:

—¿Por qué Luna? ¿No hay otra forma?

—Lo siento mucho hijo... Es la única forma.

—Pero... ¿no puede ser alguien más? —Su mirada era suplicante.

Harry lo miró a los ojos. Albus fue el único de sus hijos en heredar los ojos verdes de su madre, Lily. Albus era más parecido a Harry de lo que él mismo creía. No sólo en apariencia; su forma de ser era igual. Siempre quería evitar que otros sufrieran, incluso si eso significaba tener que sufrir. Negó con la cabeza. 

Su hijo bajó la mirada, pensativo. Luego, muy enojado, salió de la sala.

Harry recordó cuando él mismo fue a la Oficina de la Directora en busca de respuestas, once años atrás. Quería hablar con Dumbledore, pero cuando llegó, el cuadro del antiguo director estaba vacío.

╰☆☆ ... ☆☆╮

—Tiempo sin verte, Potter. ¿Qué te trae por aquí? —dijo una voz familiar.

Harry volteó a ver el cuadro de un hombre de piel cetrina y grasiento cabello negro. El cuadro de Severus Snape.

—Profesor —dijo —. Buscaba al Profesor Dumbledore, pero veo que no está.

—No. Me temo que Albus se fue a visitar otro de sus cuadros.

—Supongo que usted podrá ayudarme...

—Depende

—Es sobre la Profesora Trelawney. Acaba de hacer otra profecía.

Snape no pudo disimular su sorpresa.

—Vaya. Eso significa que aún hay esperanza, ¿no?

—Disculpe, profesor. No entiendo a qué se refiere.

—Me refiero a la Hija de la Serpiente, por supuesto —dijo con su característico tono sardónico.

Esta vez Harry fue el sorprendido.

—¿Cómo lo supo?

—Ella existe desde mucho antes que yo muriera, claro. Supongo que Trelawney ya predijo quién la derrotará.

Luna Potter y los Juegos del CentauroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora