Luna Potter es la hija de Harry Potter, el mago más famoso del mundo mágico. Al cumplir once años, su padre le revela un gran secreto de su pasado: cuando tenía seis meses, una profecía ató su destino al de la Hija de la Serpiente, una villana que b...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luna despertó antes que sus compañeras, cuando aún estaba amaneciendo. Aprovechó que ellas seguían durmiendo, tomó su mochila y bajó a la Sala Común, que tal como pensó, aún estaba completamente vacía. Se sentó en uno de los sillones, sacó de su mochila la carta y la leyó una vez más:
«La primera locación la encontrarás fácilmente, justo donde el verde es más oscuro.
Ya me has visto en la primera, pero no me reconociste.
Y finalmente, alrededor del primer círculo, te estaré esperando...
No tardes, mi paciencia no es eterna, la pista contiene la respuesta.
Atentamente:
Tu Anfitrión.»
Luna examinó la carta por enésima vez. Estaba escrita con una tinta verde esmeralda, muy parecida a la tinta que usaban en las cartas de Hogwarts, pero ligeramente más oscura. La caligrafía era muy limpia y elegante, y las letras, aunque delgadas y pequeñas, se entendían a la perfección. Fuera de eso, Luna seguía sin poder resolver el acertijo. «donde el verde es más oscuro...» ¿Qué quería decir con eso? «Ya me has visto en la primera...» ¿En la primera qué? «Alrededor del primer círculo...» ¿Cuál era el primer círculo?
Ya había pasado un mes desde que despertó y encontró aquella carta sobre su mesita de noche, pero a pesar de que había revisado una y otra vez la carta, el acertijo seguía tan indescifrable como la primera vez que lo leyó.
De pronto, escuchó pasos en la escalera que conducía a los dormitorios de los chicos, así que rápidamente guardó la carta dentro de su mochila, sacó su libro de Defensa Contra las Artes Oscuras, y fingió leer. Unos segundos después, su hermano James apareció, acompañado de Fred, estaban discutiendo.
—Ya te dije que no puedo revelar nada sobre la... ¡Oh, hola, Luna! ¿Otra vez decidiste pasar la noche en la Sala Común?
—No, Fred —respondió Luna—. Estaba leyendo un poco antes de que empiecen las clases.
Levantó ligeramente el libro que tenía en las manos.
—Hola, Lu —saludó James—. Entonces ¿hoy tienes con Hopkins?
Luna asintió con desgana.
—Por desgracia... James, me puedes explicar otra vez ¿por qué papá no aceptó ser profesor de Defensa? ¡Todos estaríamos mejor con él!
Nunca llegó a escuchar la respuesta, porque James miró su reloj, exclamó un «¡es tarde!», y salió corriendo junto a Fred. Luna sabía que aún era bastante temprano para las clases, por lo que supuso que los chicos se encontrarían con Chris antes del desayuno. Ya se daba ideas de lo que planeaban esos tres... sólo faltaba alguien... alguien que apareció por las escaleras, con el cabello más revuelto de lo normal, la mochila abierta en las manos, el nudo de la corbata a medio hacer y cara de preocupación. No se percató de la presencia de Luna hasta que casi se chocó con ella.
