Capítulo 22: Una Razón

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Las campanas resuenan con un estruendo ensordecedor. Wanyin se levanta como puede, mirando su oscuro alrededor con pavor, a su lado, siente a Lan Qiren vestirse rápido y tomar su espada.

— Esos bastardos — lo escucha gruñir cuando se asoma por la ventana, viendo el cuerpo luminiscente acercarse desde el sur, otro desde el Este —. Llamen a todos los soldados al área sur, Lanling Jin no tardará en llegar para apoyarnos.

Escucha al Rey dar una y mil órdenes a los soldados y guardias nerviosos, no se le permite alejarse de Lan Qiren, no cuando sus vidas están ligadas y bien podrían usar a Wanyin en su contra.

La noche oscura es iluminada con las velas que muestran el camino a la zona más segura del Descanso de la Nube, el salón ancestral. Donde las tablillas con los nombres de los padres de Xichen se muestran polvorientos y olvidados.

— Wangji, lidera el cuerpo sur, no permitas que Lan Xichen entre.

El Lan menor asiente y le da una mirada rápida antes de salir con prisa. Mientras tanto, Lan Qiren simplemente se sirve una taza de té y espera cómodamente recostado sobre un posadero improvisado, esperando a que todo se arregle sin su mano.

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Lan Xichen se muestra reacio a dejar a su pequeña hija con cualquier persona, no es momento para confiar en quien está a su lado, mucho menos en alguien que acaba de conocer. Pero no tiene más alternativa que dejar a Lan Xiang al cuidado de Xiao Xingchen, el kunze no ha demostrado malas intenciones y Guangyao confía en él, así que se asegura de perfumar bien las mantas de su pequeña y entregarla al hombre más joven.

Los ejércitos de Yunmeng Jiang y Qinghe Nie ya empezaron la repentina marcha hacia Gusu Lan. No es de tardarse para que su tío se entere y pida refuerzos a Lanling Jin y los pueblos que le han jurado lealtad.

Así que no tiene tiempo de mirar a su hija por la que podría ser la última vez. Besa con fuerza su pequeña y tibia frente para alejarse.

— Cuando entremos, necesitamos a Lan Qiren vivo para poder reemplazar la marca — explica Wei Wuxian.

— Estás seguro de que funcionará?

— Sólo es una teoría, pero es lo mejor que tenemos, no hay más alternativas.

Yu ZiYuan marcha al frente, guiando a su ejército por el camino más corto, pero peligroso e inestable. Tiene que pasar entre ciudades que juran lealtad a Lan Qiren y es inevitable una nueva masacre. De nuevo, la sangre corriendo en ríos bajo sus piel, la piel fresca en la hoja de su espada y sus túnicas quemadas.

Hay hombres y mujeres que se les unen, pero son más los que caen en batalla tratando de retrasar su paso hacia las montañas.

Sabe que Qinghe Nie ha tomado el camino del Este, el más seco y caluroso, aquel que puede matar a cientos de la sed y el hambre en tan solo unos pocos días, pero también sabe que Mingjue y su gente son personas difíciles de doblegar, aquellos con la voluntad más fuerte y el ego más grande.

También hay otro problema. Actualmente Lanling Jin es el segundo ejército más grande, tan solo tendría que pelear con cincuenta hombres a la vez para poder igualar el campo de batalla, suena ridículo incluso si solo lo piensa.

Aún así no se desanima. No por nada forzó a su cuerpo acostumbrarse a una nueva limitante, a su mente mantenerse atenta sin sueño ni comida, a sus músculos acostumbrarse al dolor del hierro atravesando su piel y fisurando sus huesos. No por nada se atrevía a dirigir un nuevo ejército.

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora