Capítulo 12: Boda

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Lan Wangji acompaña a Wanyin durante todo él día, incluso desde la noche anterior. No se tiene permitido que ningún qianyuan lo vea en el ritual para la ceremonia y todos tratan de respetar las reglas

El Descanso de la Nube luce tan rojo como nunca antes, con adornos y telas carmesí, detalles dorados y algunos plateados en todo lados, en cada esquiva y rincón del palacio.

— Gracias — dice cuando se le entrega otra taza con infusión de gencianas. Maldice que hayan hecho sus cálculos correctos, así que su celo había empezado justo esa mañana.

Wangji le ha estado suministrando genciana para regular su temperatura y que fuera a desmayarse en cualquier momento, la túnica angosta que exprime sus pulmones no ayuda demasiado; se siente sofocado, bochornoso y pegajoso en todos lados.

Puede escuchar las campanas sonar cada que llega algún Reino, lo anuncian con voz estridente y espera escuchar llegar a la delegación de Yunmeng Jiang, ver de nuevo a su madre y hermano.

— Por qué luces tan nervioso? Es mi boda, no la tuya — Wangji salta cuando le pregunta. Puede ver que está ansioso, evita mirarlo al rostro y se mantiene un poco alejado.

— Puedo decirte algo?

— Adelante.

— Wei Ying... — lo mira con algo de vergüenza, como si hubiese cometido el peor pecado imaginable. Sus orejas se ponen rojizas — Él y yo nos acostamos.

No dice nada, en realidad era algo que esperaba. Podía ver como su hermano rondaba alrededor de Wangji como abeja a la miel, lo había visto coquetear con otras personas, pero nunca lo había visto tan interesado en un kunze como lo luce con Wangji.

— Solamente no dejes que te marque, eso sería peligroso — Wangji asiente y sigue cepillando su cabello.

Pronto su melena se convierte en un peinado extravagante y llamativo, con un tocado pesado que hace que su cabeza se incline hacia atrás. Entran algunas heyi para pintar su rostro, blanquecino y con rubor en sus mejillas se prepara para ir al salón ancestral.

Camina a pasos moldeados y con la espalda recta, sus padres están ahí y puede ver la rabia en la mirada de su madre, tomando la empuñadura de su espada con impotencia. Jiang Fengmian ni siquiera puede mirarlo a la cara, desvía la mirada cuando lo ve pasar entre los presentes.

Busca en la delegación Jin y se alegra de no ver a su hermana y cuñado, al menos no están presentes para ver tan deshonra. Nie Mingjue está entre los más cercanos al Rey, todavía se mira cansado y apoya su peso en una sola pierna.

Espera que al menos pueda saludar a Huaisang antes de que se vaya, eso alegrará el corazón de su amigo.

— Deberías prestar más atención a tu Rey y no a los presentes — Lan Qiren le dijo casi en una orden.

La ceremonia fue rápida, o al menos eso quería pensar. Hicieron las tres reverencias y repartieron el té a sus familias. Al final del día casi ni se podía poner de pie, sentía que si respiración se iba, su aroma empezaba a llamar la atención de otros qianyuan y al parecer el Rey se había dado cuenta de aquello.

Anunció orgulloso que era momento de consumar el matrimonio, nunca se había sentido tan avergonzado.

Fue casi llevado a cuestas a la habitación nupcial. En cuanto entraron fue arrojado con brusquedad hacia la cama y Lan Qiren no perdió el tiempo para lanzarse sobre él y empezar a besar su cuello. Se sentía asqueado, pero tenía que mantener la tranquilidad si quería llevar a cabo su plan.

Tenía que esperar hasta que el Rey se quitara las túnicas y dejara al descubierto su espalda, y tendría que concentrarse en esconder la aguja en su peinado.

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora