Capítulo 21: Esperanza

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Ha perdido la cuenta de los días que ha pasado encerrado en la habitación del Rey. Su rutina se diezma a comer, dormir y ducharse durante el día. Ni siquiera se le deja leer algún libro o platicar con los sirvientes.

Por la noche es peor. Tiene que soportar ser follado con rudeza por Lan Qiren, le duele la cabeza por los jirones en su cabello y los moretones en sus caderas no hacen más que ponerse más oscuros con el tiempo.

— Lo disfrutaste, eh? Ser la puta de Zewu-Jun, te gustó chuparle la polla sabiendo que me perteneces? — no responde ante las demandas del mayor, se limita a morder sus labios y enterrar sus dedos en las sábanas para mitigar el dolor — Contéstame!

Tiene que mirar el techo para al menos, tratar de olvidar que lo escurre de entre sus piernas no es lubricante ni semen, es demasiado líquido y se seca tan rápido como toca el aire, el dolor del desgarre simplemente confirma que se trata de sangre.

— No eres más que una puta barata que se agacha para cualquiera, de todos con los que podías meterte, fue con mi sobrino, te divirtió eso? Traicionar mi confianza con él? — las palabras siguen saliendo de su sucia boca. Sabe que está mal, que incluso es asqueroso si lo piensa demasiado, pero en ese momento no podía evitar pensar que es Lan Xichen quien lo está follando, así, al menos, puede fingir que no está sufriendo — Sabes, empezaba a creer que tú y yo podíamos tener algo realmente bueno, fui tonto en encariñarme contigo.

— Si realmente me quisieras no estarías abusando de mi — bufa por primera vez, con la voz seca por falta de agua y aliento —. Y si realmente lo quieres sabes, sí. Disfrute cada vez que Lan Huan me follo, prefiero ser mil veces su puta que entregarme a ti.

El primer golpe en su rostro lo desconcierta, le nubla la vista con lágrimas no derramadas y siente su piel maltrata ceder ante las segunda bofetada.

Siente el par de manos cerrase alrededor de su cuello, cortando la circulación y el paso del oxígeno. Sólo piensa que si son sus últimos momentos de vida, le gustaría ver a su familia por última vez.

Como puede levanta sus brazos para tratar de alejar al mayor, con golpes inútiles sobre su pecho y rostro. Las estocadas del Rey se hacen más duras y bruscas, no espera a que se acostumbre a la intromisión y el nudo que se forma con violencia.

Las lágrimas por fin se escapan para perderse sobre las almohadas cuando su mundo se desvanece.

Cuando vuelve a despertar, el Rey sigue penetrandolo sin importar que su nudo lo lastima a niveles que no pensó. Sus piernas y vientre sangran por las uñas de Lan Qiren. Sólo quiere que termine rápido para poder sollozar en privacidad.

— Quieres que te diga algo — menciona cuando se ha dado cuenta que el kunze está despierto de nuevo —. Tu madre me rechazó por el idiota de tu padre, simplemente porque era el heredero al trono, puedes creerlo? Al menos algo bueno salió de ese matrimonio y es un hijo inútil fácil de someter.

— Tal vez te rechazó porque sabía que eres un demente!

— No te he dado permiso de hablar, A-Cheng — el mote cariñoso suena tan asqueroso en la boca del mayor.

Obedece y no vuelve a abrir la boca, ni para quejarse ni para hablar. Simplemente espera a que el Rey lo use a su antojo, lo lastime y lo mierda hasta hacerlo sangrar.

Como cada noche, Lan Qiren se retira de la habitación cuando por fin está satisfecho, dejando a Wanyin cada vez más débil y lastimado sobre la cama.

Esa noche sueña con su hija y con Lan Xichen. Es extraño, a pesar de tener la marca del Lan mayor, no puede evitar pensar en Lan Huan cuando se siente angustiado. Su recuerdo lo calma al menos un poco.

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora