Extra 4: Coronación

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Luce como una manzana. Absolutamente es una maldita manzana.

Las túnicas rojas que cuelgan de sus hombros no lo hacen lucir menos gordo como su madre le había prometido, y ahora que se mira en el espejo, no puede evitar pensar que saldrá rodando en cualquier momento.

— Recuerdame por qué dejé a tu hermano embarazarme de nuevo? — cuestiona al Lan que se encarga de su peinado.

Lan Zhan simplemente sonríe de lado cuando nota el puchero que está haciendo el Jiang. Haciendo con cuidado unas trenzas de tres hilos a los lados de su cabeza y terminando con una horquilla de loto discreta.

— Porque lo quieres.

— Eso no debería ser suficiente! Los qianyuan deberían ser los que lleven a los bebés en su vientre — se queja una vez más, le duelen los pies tanto que no puede puede caminar durante mucho tiempo, sin mencionar que ha tenido que cambiar las ropas de su cama más seguido, ya que a su hijo le encanta patear su vejiga —. Soy una pelota, nadie me tomará en cuenta, nadie quiere a una manzana como Rey!

— Ellos te adoran — el Lan lo mira a través del espejo de plata, sabe que es la preocupación lo que está hablando por Jiang Cheng, después de todo está cerca del día de parto —, y adorarán a su príncipe, así como aman a A-Xiang.

Jiang Cheng sigue mirándose, de lado y de frente. Tratando de encontrar su mejor ángulo para recibir la corona y sentarse en el trono, todo sin que nadie note el vientre de casi nueve meses.

Lan Zhan le asegura que se ve bien, pero no está muy seguro de ello. Habría preferido vestirse de morado o incluso de blanco, pero era necesario que su atuendo fuera rojo para la celebración de su Coronación. Hubiera mado vestirse de rojo solo para su boda.

— Esposo — gruñe cuando escucha la conocida voz de qianyuan entrar por la puerta de su habitación —, estás listo?

— Me veo gordo.

— Te vez adorable — Lan Xichen contesta, con la sonrisa más grande que nunca se le ha visto —. A-Xiang está con tus padres, es hora de la Coronación.

Ambos caminan por detrás de Lan Wangji, el pequeño A-Yuan mirándolos con curiosidad desde el pecho de su padre.

Los pasillos y muelles se encuentran repletos de adornos exagerados y linternas que aumentan en calor de Yunmeng Jiang. El salón de la espada se encuentra resguardado por varios guardias que lo saludan con respeto cuando pasa a su lado.

Hay pocos invitados que se sientan a lo largo del Salón, Xichen lo abandona para sentarse en uno de los lugares y ahora se siente nervioso al tener que caminar sobre la alfombra bordada, yendo directamente hacia sus padres que lo esperan de pie.

El ambiente es silencioso, pero tranquilo. Se inclina ante sus padres, posando lo más recto posible para su cansada espalda, esperando a que todo salga según lo planeado.

Siente la pesada capa Real caer sobre sus fuertes hombros, Wei Wuxian sonriendo cuando se encarga de que la tela fluya como el agua sobre el piso.

Su madre se acerca en silencio, tomando sus cálidas manos y deslizando a Zidian en su dedo índice, dejando por último un beso en su frente y una caricia en su vientre.

Por último su padre. Nunca habían sido tan unidos, y había sentido poco resentimiento cuando lo trató como un trofeo para calmar a Lan Qiren, sin embargo, sabe que su padre, como todos, comenten errores en las situaciones difíciles.

Así que sonríe cuando se quita la corona y la posa sobre su cabeza, claramente tratando de evitar que las lágrimas bajen por su viejo rostro.

Antes de que el solo se ponga, se da la vuelta para mirar a su pueblo, a los hombres  y mujeres que aplauden desde los muelles cuando se sienta sobre el trono, a Lan Xichen que lo mira orgulloso, a su hija que pelea con Jin Rulan desde el regazo de su hermana.

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora