Capítulo 17: Pequeño

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Huaisang se alerta cuando suenan las fuertes campanadas. Son tres, como aquella vez y lo único que puede pensar es que están atacando Gusu Lan o Wanyin se volvió loco de nuevo.

Su preocupación aumenta cuando ve a guardias corriendo en dirección de las habitaciones de Wen Qing y su hermano, ellos van de regreso en poco tiempo y lucen tan asustados.

Ignora las palabras de los guardias y trata de acercarse antes de que los Wen desaparezcan de su vista.

— Es Wanyin? — interroga en cuanto está a la distancia adecuada para ser escuchado — Él está bien?

— Ven con nosotros — un guardia trata de negarlo, pero en esa situación, es Wen Qing quien tiene más autoridad.

Corren hacia el área de los curanderos y su estómago no estaba preparado para la vista. Wanyin solloza sobre una cama, su estómago abultado sangrando y algunos guardias perdiendo la cabeza y el caminando de un lado hacia otro.

— Qué sucedió? — el qianyuan tiembla cuando la pregunta es dicha. Se supone que él debía de cuidar a la emperatriz, a su Alteza. La seguridad del heredero del Reino estaba en sus manos y lo había arruinado — Qué pasó!?

— Una concubina lo atacó, robó un cuchillo de las cocinas y lo apuñaló — explica uno más tranquilo —, nos hemos encargado de ella.

Sabe que responden a sus preguntas porque están en shock, no pueden reconocer quiénes son sus inferiores y quiénes pueden cortarles el cuello sin problema.

Tiene que salir rápido de la sala y no le importa si alguien lo ve, llama a un halcón que ha estado entrenando y desea que sea lo suficientemente inteligente como para llevar hacia el campamento donde Wei Wuxian vive por ahora. Deja un corto pero directo mensaje atado a su pata y lo ve alejarse en el horizonte.

Cuando regresa, tiene que poner manos a la obra.

.

Siente como si todo estuviera quemándose a su alrededor. Wen Qing le pide que se mantenga despierto mientras que Huaisang y Wen Ning corren de un lado a otro.

Le han prohibido mirar hacia abajo, mirara su vientre que se siente más húmedo de lo que debería estar. Le duele, le duele mucho, tanto que podría gritar hasta romper sus cuerdas vocales, pero no lo hace, no quiere asustar a su pequeño bebé.

— Tendrás que ser fuerte, A-Cheng — Huaisang aparece en su campo de visión y mete un trapo en su boca si previo aviso —. No tenemos tiempo de darte alguna infusión sedante, lo siento.

No comprende a qué se refiere. Empieza a luchar cuando sus manos y piernas son amarrados a los costados de la cama en la que se encuentra acostado.

— Lo siento, perdóname A-Cheng — a qué se refieren, por qué se disculpan?

Quiere gritarles que paren y hagan silencio, que lo están molestando. Un dolor agudo lo desconecta de su enojo. Es como si estuvieran poniendo un cuchillo al rojo vivo sobre las palmas de sus manos, un dolor que le saca el aire e impida que regrese.

— Tienes que soportarlo, A-Cheng, hazlo por tu hijo — no comprende lo que dice hasta que baja un poco la mirada y ve a Wen Qing pasando un cuchillo sobre su vientre. Gruta debajo de la tela atascada en su boca, no le importa que las ataduras en sus muñecas y tobillos le corten la piel cuando trata de luchar para soltarse. No pueden hacer eso! Su bebé aún no está listo —. Calma, A-Cheng, todo estará bien, lo prometo.

— Trata de calmarlo — La Wen pide mientras siente el sudor acumularse en su frente. Siempre han sido difíciles los partos en kunze masculinos, siempre existe la posibilidad de que no lo soporte, pero ahora es diferente. Se trata de un hombre que ya ha perdido sangre y que no tiene tiempo de ser medicado para el dolor, eso aumenta la dificultad de manera grande —. Si se sigue moviendo podría lastimar al bebé.

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora